Made in Taiwan

Yen-Hsun Lu sorprendió a David Nalbandian

A Yen-Hsun Lu no le tembló el brazo a la hora de noquear al número 11 del mundo. En los Juegos ya venció a Murray

Neus Yerro

Solemos leerlo casi a diario en las etiquetas de nuestra ropa. Pero el mejor representante del 'Made in Taiwan' es, desde ayer, Yen-Hsun Lu, de 25 años. Número 61 del mundo, es el segundo jugador nacido en Taipei que alcanza el 'top-100' y ayer lograba la mayor sorpresa, hasta el momento, en este Open de Australia al superar a David Nalbandian, once del mundo y uno de los hombres que llegaba más en forma a Melbourne.

Como para los occidentales su nombre es difícil de pronunciar, cuando estudiaba inglés eligió el de 'Randy'. Y así le llaman quienes le conocen en el circuito. Al parecer, Nalbandian no está entre ellos. "Es difícil jugar contra alguien que no conoces", dijo David. Pero Lu no es un completo desconocido ya que en los pasados Juegos Olímpicos apeó a Andy Murray. Empezó a jugar a tenis porque a su padre le encantaba verlo por televisión. Fue en la escuela y después estuvo bajo la protección de la Federación Internacional (ITF) antes de encontrar un patrocinador que le permitió llegar al circuito profesional. Por primera vez estará en la tercera ronda de un Grand Slam y allí se encontrará con Tommy Robredo, quien no tuvo problemas para deshacerse del serbio Viktor Troicki. También ganó holgadamente David Ferrer. Su rival, el eslovaco Dominik Hrbaty está lejos de su mejor forma pero el de Xàbia no debe relajarse porque le toca una de las grandes promesas, el croata Marin Cilic.

Aunque, sin duda, el duelo más atractivo de esa zona baja es el que dirimirán Roger Federer (verdugo de Korolev) y Marat Safin (de García López). Como en la final de 2004 (ganó el suizo) o la semifinal de 2005 (triunfo del ruso). Desde entonces, sus carreras han ido en distintas direcciones: Federer fue el dominador absoluto hasta la llegada de Nadal y Safin ha tenido que hacer frente a lesiones y a sus ganas de disfrutar de la vida. Ahora, sin nada que perder, con la única obligación de "disfrutar en la pista" en su último año, quiere "jugar mi partido. Sé cómo jugar contra él y él sabe cómo jugar contra mí". El favorito es Roger pero con Marat nunca se sabe... Y ésa es su ventaja.

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