La tecnología de las máscaras de gas en la Gran Guerra

Durante la Primera Guerra Mundial los gases tóxicos comenzaron a hacerse corrientes, los alemanes los utilizaron y también otras potencias. Estos gases fueron realmente un problema para el desarrollo de las operaciones militares puesto que quedaban ciegos a los soldados o quemaban sus pulmones hasta que el sujeto moría.

Los gases tóxicos fueron evolucionando cada vez más. Para poner remedio a esto comenzaron a diseñarse y a entregarse a los soldados máscaras de gas de diferentes tipos. Al inicio de la guerra los soldados utilizaban paños mojados en amoniaco e incluso en su propia orina para intentar protegerse de los efectos del gas.

Tras la entrega de las máscaras de gas, los efectos de los gases fueron disminuyendo y se convirtieron más en un estorbo que en una amenaza real. Las prendas también tuvieron que modificarse para evitar las quemaduras de algunos gases. Las máscaras de gas se siguen utilizando hoy día y son muy necesarias para los ejércitos del planeta.

Con la entrada del siglo XX en todo su esplendor, muchos países han creado nuevos gases, como el gas sarín que es nervioso y afecta letalmente al cuerpo humano.