La revolución de Xavi duró tres minutos

Al Barça se le acababa el tiempo ante el Real Madrid en la final de la Supercopa de España. Xavi, que había apostado de inicio por una formación con cuatro centrocampistas, se vio obligado a mover el banquillo a falta de 30 minutos para el pitido final para intentar una remontada que ya se hacía muy cuesta arriba con el 3-1 en el electrónico.

En una acción poco habitual en el Barça, Xavi llamó de manera inmediata a Lamine Yamal, Fermín López y Joao Félix en un intento desesperado de inyectar piernas e imaginación en ataque para romper el muro defensivo que Ancelotti había plantado ante la portería de Lunin.

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Los tres elegidos sustituyeron a un Sergi Roberto que no encontró su posición en todo el partido, a un Ferran Torres errático en las pocas ocasiones que dispuso y a un Pedri al que le gasolina ya no le aguantaba para un envite final ante los blancos.

El invento de Xavi, sin embargo, no pudo salir peor. El paso adelante que pretendía el Barça abrió más espacios a una delantera blanca que se relamió en cada acción a la contra ante una defensa completamente superada.

En la primera que tuvo el Madrid, solo tres minutos después del cambio, llegó la picardía de Rodrygo, que sumada a la poca contundencia de Kounde fue suficiente para cazar un balón suelto en el área y sentenciar la final.