500 sevillistas en la 'probeta' de Ceferin

Estadios al 30% de su capacidad y distancia entre hinchas, el nuevo fútbol

Estadios al 30% de su capacidad y distancia entre hinchas, el nuevo fútbol / AFP

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Meses después, un equipo español volvió a sentir el calor de su público en un partido oficial. En una final, ni más ni menos. 500 sevillistas se beneficiaron de la controvertida decisión de la UEFA, que permitió la entrada de hasta 20.000 espectadores en el Puskas Arena, con capacidad para 67.000 personas. Un evento que la propia UEFA catalogó de “prueba piloto”, al tratarse del primer partido a nivel continental abierto al público desde el estallido de la pandemia el pasado marzo.

Esta decisión, sin embargo, generó muchas críticas. El propio primer ministro de Baviera, Markus Söder, y el entrenador del Bayern, Hans Flick, mostraron su desacuerdo con la presencia de público en el estadio. Igual que el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony. Todo esto provocó la devolución de unas 800 entradas por parte de los aficionados del Bayern. 

De las 3.000 entradas que fueron entregadas a ambos equipos, el cuadro bávaro hizo uso de cerca de 1.000, por las 500 que entregó el Sevilla. Entre la afición hispalense pesó más el elevado coste de los vuelos y las restrictivas medidas sanitarias del gobierno húngaro. Éste exigía a los visitantes presentar un test negativo de coronavirus, de menos de 72 horas de antigüedad, para poder entrar al país, donde sólo podrán permanecer tres días.

También la UEFA puso mucho énfasis en la seguridad durante su gran prueba piloto: un gran operativo policial en las ‘fan zones’ y aledaños del estadio, control de temperatura en la entrada, mascarilla y separación de seguridad entre asientos... Pero cuando llegaron los goles, los hinchas se fundieron en infinitos abrazos. Al final, el fútbol siempre es fútbol.