Un derbi fuera de casa

En 1948, el mapa político chipriota ya era un rompecabezas muy influido por la política griega

El fútbol chipriota es el único de Europa que se caracteriza por un partidismo tan intenso. El cisma se creó en 1948

El Anorthosis, en un partido de esta temporada

El Anorthosis, en un partido de esta temporada / Twitter: @anorthosisfc

Carlos Martín Rio

Carlos Martín Rio

En 1948, el mapa político chipriota ya era un rompecabezas muy influido por la política griega. Y en aquel momento, en Grecia, comunistas y conservadores se enfrentaban en una guerra civil que a su vez dividía a la mayoría helena de Chipre. En ese ambiente, aquel año, un club llamado Nea Salamis se fundaba en la ciudad de Famagusta para dar cobijo a deportistas de izquierdas vetados por el resto de clubes. Entre ellos, miembros del vecino Anorthosis que se habían negado a firmar una declaración nacionalista. “El fútbol chipriota es el único de Europa que se caracteriza por un partidismo tan intenso.

El cisma se creó en 1948 y, desde entonces, casi todos los equipos son cercanos a la derecha o a la izquierda”, explica el periodista griego Fotis Galousis. Al Nea Salamis hasta se le impidió jugar en el estadio que ocupaba el Anorthosis. Desde sus inicios, la entidad que debe su nombre de la antigua Salamina iba a significarse con un ideario progresista, hasta convertirse, junto al Omonia, en el gran club de la izquierda en el país. El Anorthosis, uno de los más laureados de Chipre con 13 ligas y once copas, se significaría con la derecha, una tendencia que comparte con el Apollon o el Apoel. La ruptura estaba servida. “Seis clubes de tendencia izquierdista fundaron una nueva federación que durante cinco años organizó su propia competición. En 1953, los dos organismos se unieron y, desde entonces, los enfrentamientos adquirieron ramificaciones políticas”, añade Galousis. Fue entonces cuando los dos equipos de Famagusta se cruzaron por primera vez, con 5.000 hinchas hermanados en las gradas. Lo simbólico ya pesaba más que lo deportivo.

El exilio

En julio de 1974, el ejército turco invadió el norte de Chipre, en respuesta al golpe de Estado instigado por la junta militar que mandaba en Grecia. Saltaba por los aires el frágil equilibrio surgido de la independencia del dominio británico, pactada en 1960 tras el impulso del movimiento grecochipriota que entre 1955 y 1959 pidió la unión con Grecia. Un mes después, con la dictadura derrocada y con la República Helena caminando a la democracia, una segunda fase de la invasión turca acabó con las conversaciones de paz e instauró el dominio de Ankara sobre el 36% de la isla. 150.000 personas se vieron forzosamente desplazadas. También en Famagusta. El Anorthosis y el Nea Salamis iban a tener que buscar cobijo en el resto del territorio. Lo encontraron en Lárnaca, su sede actual, pero no olvidaron su identidad original. En el Nea Salamis recuerdan que “cada año se organiza un gran evento centrado en Famagusta, y el club participa en acciones con el objetivo de regresar a los hogares ancestrales”. Cada final de partido, independientemente del resultado, público y jugadores cantan juntos una canción que los devuelve a casa. “De generación en generación se cultiva la conciencia de Famagusta. Los clubes ayudan significativamente a preservar la identidad de la ciudad, incluso entre jóvenes que no la conocieron”, cuenta el responsable de prensa del Anorthosis, Dimitris Christoforou. Jugadores, aficionados, directivos... Todos se dispersaron en 1974. Meses después, los miembros del Nea Salamis decidieron darle una segunda vida al club. El Anorthosis tomaría una decisión parecida, y pronto demostró que seguía manteniendo su gen ganador. En 1975 alzó la primera copa desde su marcha, un título que fue una declaración de principios: estaban exiliados, no derrotados. Sin estadio, sin oficinas, sin equipaciones, se mantuvieron en vida gracias a la perseverancia propia del exiliado. “Hasta 1986, cuando el Antonis Papadopoulos abrió sus puertas, el Anorthosis fue un vagabundo. Entrenaba en la playa, sin unos mínimos básicos”, indica Christoforou. “Es el día más trágico en nuestra historia y sigue siendo una herida abierta”, añaden desde el Nea Salamis. El destino compartido ha rebajado la acritud del derbi. “Las relaciones después de 1974 son amistosas. Nos une el deseo de volver a Famagusta”, apunta Christoforou, aunque en el Nea Salamis aclaran que no todo es ideal, y que la rivalidad es “grande”.

En 1992, dos años después de ganar su única copa, el Nea Salamis inauguró también un feudo propio en Lárnaca. Es el Estadio Ammochostos, nombre griego de Famagusta; el anhelo inagotable que ha cristalizado en un deseo de reconciliación. En 2004, por ejemplo, organizaron un partido ante el Yenicami turcochirpiota, y han sido los primeros en firmar a jugadores de la comunidad turca.

Nea Salamis-Anorthosis

Famagusta

35°07’00’’N 33°57’00’’E

Población

42.500 habitantes

País

Chipre (bajo la República Turca del Norte)

Distancia entre estadios

2 km: del Ammochostos al Antonis Papadopoulos (ambos en el exilio de Lárnaca)

Hat-trick geopolítico

ANTES DE LA INVASIÓN

Varosha era una boyante zona vacacional de Famagusta que cada año atraía a miles de visitantes extranjeros que buscaban sol y playa. Todos ellos tuvieron que huir, junto al resto de la población de la ciudad, cuando el ejército turco llegó allí en verano de 1974.

LA CIUDAD FANTASMA

Desde entonces, Varosha quedó vallada y aislada por las fuerzas militares. Una ciudad fantasma que lleva casi 50 años vacía. Una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU impide su repoblación con personas distintas a sus legítimos habitantes.

EL REGRESO QUE NO LLEGA

En 2020 se reabrió a los civiles. Algunos grecochipriotas tuvieron la oportunidad de regresar a las calles de las que fueron expulsados bajo la amenaza de las bombas. Sin embargo, los movimientos de Turquía para repoblar Varosha a su manera generan más tensión.

PRÓXIMO PARTIDO

JUEVES, 09.02.23 (18 h)