Religión

Subirón de Natzaret, la conexión ultra de las monjas de Burgos que han dejado la Iglesia

El falso obispo que tutela a las clarisas pertenece a una orden creada por otro pseudorreligioso en el barrio portuario de Valencia

Pablo de Rojas besa la mano de Ricardo Subirón

Pablo de Rojas besa la mano de Ricardo Subirón

Voro Contreras

"¿Quién en España no podría conocer a este santo varón, ese gran Obispo que llenaba el Santuario de la Inmaculada del barrio de Nazaret de Valencia de almas?". La pregunta (retórica) la lanza en su biografía Pablo de Rojas Sánchez-Franco, el falso obispo bajo cuya tutela y jurisdicción se han entregado las monjas clarisas del convento de Belorado (Burgos) que han abandonado la Iglesia católica. 

¿Quién es ese "santo varón" al que se refiere el excomulgado, franquista y antivacunas Pablo de Rojas? ¿Y por qué debería conocerle toda España? El caso es que en el barrio de Natzaret de Valencia el "obispo" Ricardo Subirón Ferrandis sí es muy conocido. "Obispo" así, entre comillas, porque su nombramiento, igual que el de Pablo de Rojas, nunca ha sido reconocido por la Iglesia Católica. Es más, en 1983 el Arzobispado de València anunció que Subirón estaba suspendido "a divinis" (es decir, para siempre) y tenía prohibido ejercer el ministerio sacerdotal. De hecho, también prohibió de forma taxativa a cualquier católico acudir a los ritos celebrados por este personaje.

Subirón, De Rojas y otros miembros de los Misioneros de la Inmaculada Concepción de María

Subirón, De Rojas y otros miembros de los Misioneros de la Inmaculada Concepción de María / PIA UNIO SANCTI PAULI APOSTOLI

El "Lefevre" español

Eso no impidió que Subirón -conocido por sus posiciones ultracatólicas como el ‘Lefevre’ español- siguiera durante años dando misa al modo preconciliar -en latín y de espaldas a los feligreses- en el templo que había levantado sobre una antigua fundición de Natzaret en honor a la Inmaculada, ni que organizase procesiones de su "Virgen Gitana" por las calles del barrio, ni que fundase y dirigiese su propia pseudorden religiosa, ni que incluso ordenase él mismo a sus sacerdotes o consagrase a sus obispos. En concreto, a un obispo: Pablo de Rojas Sánchez-Franco.

Pero, ¿por qué a principios de los 80 la Iglesia le prohibió a Subirón dar misa y por qué prohibió a los católicos acudir a su templo en Natzaret? Para encontrar la respuesta habría que remontarse a principios de la década de los 70, cuando Subirón -nacido en Riba-roja en 1953- habría sido expulsado por razones que no han quedado claras del seminario de los combonianos de Moncada.

Subirón con el arzobispo vietnamita Pedro Martín Engo Dhin Thuc.

Subirón con el arzobispo vietnamita Pedro Martín Engo Dhin Thuc. / PIA UNIO SANCTI PAULI APOSTOLI

"He conocido a un santo"

Según recoge la biografía escrita por su fiel De Rojas -"desde un punto de vista sobrenatural estoy convencido de haber conocido a un santo, y como todo santo mucho ha sufrido y sufre" dice de él el pseudobispo-, Subirón pasó después por un seminario de Logroño del Opus Dei, donde habría sido nombrado díacono pero no sacerdote.

No fue hasta 1976 cuando encontró su verdadero camino en Sevilla. En concreto, en el Palmar de Troya, donde un grupo de católicos integristas, fundamentalistas y regresionistas se habían unido alrededor de un contable llamado Clemente Domínguez y habían fundado su propia orden religiosa.

Aunque después negaría su vinculación con el Palmar, Subirón fue consagrado allí como «obispo» por el ya conocido como Papa Clemente, cargo en el que fue confirmado por otro curioso personaje ligado al catolicismo periférico y ultra: el arzobispo vietnamita Pedro Martín Engo Dhin Thuc, quien había sido excomulgado precisamente por haber consagrado a Clemente y otros miembros de su «iglesia». 

El valenciano se convirtió desde entonces en una de las personas más próximas a Engo, líder espiritual de los "sedevacantistas" (es decir, de aquellos católicos que, como el propio De Rojas, rechazan el Concilio Vaticano II y han rehusado reconocer la validez de los pontificados que siguieron al de Pío XII). 

Intento de reconciliación

Pese a todo, Subirón intentó reconciliarse con la Iglesia católica y romana y desvincularse con los palmarianos, pero la respuesta que recibió del Arzobispado fue que lo que tenía que hacer era dejar de vestir los hábitos y reencontrarse con la fe cristiana como laico. Ante la falta de acuerdo, decidió montar su propia orden -la de los Misioneros de la Inmaculada Concepción de María- con sede en el barrio de Natzaret y con él mismo como padre prior. Hasta allí viajó en 2010 desde Bilbao Pablo de Rojas para ser consagrado como obispo.

Hace tiempo que los vecinos de Natzaret -al menos, los consultados ayer por este periódico- no ven por el barrio al "obispo" Subirón. Tampoco su templo tiene la intensa actividad que presentaba hace unos años -un oscuro suceso relacionado con uno de los miembros de la orden y sus vínculos con el narcotráfico algo ha tenido que ver- pero todos los domingos sigue acogiendo misas preconciliares a la que siguen acudiendo fieles desde varios puntos de València. "Incluso de los barrios más ricos", apuntan los vecinos.