España se conforma con un punto ante Portugal

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La selección española y la portuguesa acabaron firmando tablas / RFEF

Albert Gracia

No pudo ser. España lo buscó de todas las formas posibles pero finalmente se tuvo que conformar con un empate ante toda una vigente campeona como Portugal. El cuadro español fue superior en muchas fases y acabó el encuentro asediando la meta de Biai. Un tanto de falta de Vieira en la reanudación truncó el triunfo de una selección que recuperó a Abel Ruiz y Sergio Gómez para la causa. Miranda volvió a mojar. 

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Europeo Sub 19

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Alineaciones
Portugal
Biai; Tavares, Loureiro, Cardoso, Lopes (Costinha, 65'); Ferreira (Costa, 76'), Capitao, Vieira (Silva, 82'); Correia, Rodrigues (Gouveia, 65') y Mario (Gomes, 83').
España
Arnau Tenas; Ricard, Eric García, Guillamón, Miranda; Blanco, Moha (Mollejo, 85'), Sergio Gómez (Barrenetxea, 80'); Ferran, Abel Ruiz (Marqués, 90') y Bryan Gil (Sanz, 85').

Santi Denia preparó el encuentro como si de una final se tratara. De hecho, era una final anticipada. Un partido de esos que sabes que deberás masticar y masticar para poder ganarlo. Así, España y Portugal guardaron sus hachas de guerra en los primeros instantes, como si el partido durara toda la vida. La posesión del esférico se fue alternando aleatoriamente y ninguna de las dos parecía verse con ganas de presionar. España fue la primera en intentar dominar al rival pero lo cierto es que no le salió del todo bien.

Tan solo un par de aproximaciones de Bryan Gil y Abel Ruiz fue el balance de los mejores minutos del combinado de Santi Denia en el arranque de encuentro. Con el paso de los minutos, Portugal, también acostumbrada a mimar el balón, se hizo dueña y señora del duelo y acosó a una selección española que empezó a achicar agua y a la que le costaba horrores salir con el esférico jugado.

Partido de 'centrocampismo'

Aun así, pocos sustos dio el cuadro luso más allá de las combinaciones entre Vieira, el único que disparó, y Correia. Un duelo de centrocampismo por antonomasia en el que no pasaba nada del otro mundo. Nadie quería ni podía fallar. Tanto que un centro de Bryan Gil rematado por Ferran e interceptado por la mano de Lopes en un claro penalti fue la jugada más clara de peligro del primer tiempo. El árbitro no concedió la pena máxima. Pero no todo el pescado estaba vendido.

El partido solo lo podía desequilibrar un error o un toque de magia de alguno de los magos que había sobre el terreno de juego. No obstante, fue un obrero con alma de delantero el que obró la proeza de inaugurar el marcador en un partido igualadísimo. Miranda cabalgó por banda izquierda, se tiró hacia el centro viendo que nadie le acosaba, le arreó un derechazo al balón con su pierna menos buena y utilizó el rechace del poste para batir al meta luso a placer. España se ponía por delante en el marcador justo antes del descanso. Golpe en la moral portuguesa. 

Magia desde la frontal

En la reanudación, a España se le nubló el panorama. A los cinco minutos, Portugal ya había logrado empatar el encuentro con un magistral lanzamiento de falta de Vieira. Con el tanto, los lusos pusieron una marcha más y el cuadro de Santi Denia empezó a asustarse. Aun así, todo fueron unos nubarrones que pronto escamparon. 

Los jugadores de ataque españoles empezaron a aparecer y España gozó de buenas aproximaciones para poner el 1-2, pero Abel Ruiz no estuvo fino en un claro contraataque de tres contra cuatro en superioridad. Santi Denia, viendo que solo faltaba el último pase, recurrió al banquillo para buscar el gol de la victoria. Aun así, nadie supo romper las tablas y Portugal firmó el punto muchos minutos antes del final. Los lusos tuvieron alguna contra peligrosa pero casi no asomaron la meta de Tenas. España quería algo más.