Ricky y un regreso más allá del baloncesto

No fue el mejor día para la selección española en términos deportivos. Perdieron ante Letonia el primer encuentro de las ventanas FIBA para el Eurobasket, pero ni tan solo esta derrota pudo empañar uno de los días más especiales de la historia reciente del baloncesto español. La vuelta de Ricky Rubio ya es una realidad.

¿Qué pasa tras la derrota de España ante Letonia?

El Príncipe Felipe presentó una entrada espectacular. El cartel de entradas agotadas colgaba en las taquillas del pabellón 24 horas del encuentro , con miles de aficionados sin querer perderse una fecha tan señalada en el calendario, el día del 'redebut' con España de un jugador generacional.

El Príncipe Felipe se cae con Ricky

Los alrededores ya indicaban que no era un día como cualquier otro. Tres horas antes del comienzo, las entradas por donde accedía el bus de los jugadores estaban abarrotadas de seguidores de 'La Roja' que aguardaban ansiosos la llegada de sus estrellas. El nombre de Ricky aparecía en prácticamente todas las pancartas que los más pequeños habían preparado para ese día.

Rubio fue de los primeros en salir a calentar y lo hizo sin querer hacer demasiado ruido. El catalán optó por saltar al pabellón desde el lado contrario de donde salían todos sus compañeros del vestuario, ya con centenares de aficionados en las gradas esperando para verlo en cancha. "Ricky te queremos" fue tan solo una de las infinitas muestras de cariño que oía mientras lanzaba sus primeros tiros a canasta. Nadie quería perderse ni un solo minuto.

En la presentación del equipo antes del pitido inicial, el del Masnou recibió una enorme ovación de todo el público, que aplaudió y coreó el nombre de un dorsal nueve que llevaba 933 días sin vestir la elástica de la selección. La última vez fue en los Juegos Olímpicos de Tokio de 2021 ante Estados Unidos, donde anotó 38 puntos y se hizo un hueco privilegiado en los libros de historia de España. La esperaba llegaba a su fin.

De menos a más

El catalán empezó el encuentro como titular a pesar de la falta de ritmo competitivo que Sergio Scariolo había detectado en los entrenamientos. Tiene esa chispa especial que cualquier entrenador quiere tener en pista para decantar la balanza a su favor. Ricky se fue al banco a los cinco minutos de partido y volvió a falta de cuatro para la segunda mitad. Su aportación ofensiva hasta el momento había sido tímida, pero su ingreso en el segundo cuarto fue clave para que España recortase distancias antes de los vestuarios. El base se sacó de la chistera dos asistencias 'marca de la casa' a Pradilla y subió también la intensidad del equipo en defensa ante una Letonia que dominaba el partido y acertaba desde la línea de tres.

La 'Rickymanía' era real: el luminoso indicaba que las 10.533 personas presentes eran el récord de asistencia en un partido de ventanas, otro motivo más de celebración para la parroquia maña.

La segunda mitad evidenció cierto falto de toque en su tiro, algo común en jugadores que vuelven a la actividad después de una larga ausencia. Los intentos desde la media distancia se quedaban cortos y algunas bandejas se salían de dentro, pero Ricky no dejó de aportar al equipo con pases y jugadas que elevaban el ritmo ofensivo de España, que seguía remando. A pocos minutos del final anotó un triple espectacular que levantaba a todo el Príncipe Felipe de sus asientos y hacía soñar con la victoria, pero los letones no sucumbieron al conato final de remontada y acabaron llevándose el triunfo.

Ricky, la alegría en la derrota

España perdió en el marcador pero ganó el partido más importante, la vuelta de Ricky, un jugador que tras superar un periodo con problemas de salud mental volvía a sonreír con el balón en sus manos. Esa era la mejor noticia.

"Me he sentido bien, casi como un 'rookie', con muchos nervios pero al final es baloncesto, es como aprender a andar en bicicleta y pues va a costar, pero contento. El amor al baloncesto siempre ha estado ahí, se oscureció un poco y ahora tenemos que quitarle un poco el polvo para volver a disfrutar" declaró el azulgrana en zona mixta.

El primer paso ya está hecho. Fue un partido más que prometedor y en el que se vieron destellos de la brillantez que ha caracterizado a Ricky durante toda su carrera. Ahora solo es cuestión de tiempo que para que vaya cogiendo hábitos de competición y se encuentre cada vez más cómodo sobre el parquet. El domingo disputará su segundo partido con España y acto seguido volverá a los entrenamientos con su club, un Barça que ya espera verle disfrutar en el Palau con la camiseta blaugrana. ¿Será el próximo viernes ante Mónaco?