El vestuario blanco se juramenta

Los jugadores quieren revertir la situación

Los jugadores quieren revertir la situación / efe

Alejandro Alcázar

Al Real Madrid no le queda poco margen de maniobra en la Champions y puede reducirlo en la Liga si vuelve a sumar una derrota ante el Sevilla, sería la cuarta en los últimos seis partidos, antes del derbi de la próxima semana. Una situación límite que puede pagar Zidane con su destitución y volverse contra el estatus actual que cada uno tiene en la plantilla. Sergio Ramos es el líder de esa jerarquía y asume su rol arengando a sus compañeros para salir de la crisis. 

El capitán pide responsabilidad y máxima entrega a sus compañeros para salvar la situación. Les recuerda que han salido de circunstancias igual de complicadas, pero que para eso todos tienen que sumar. Además, no se olvida de Zidane al que mostró todo su apoyo y recordó que ganen o pierdan tienen que estar todos juntos. No es la primera vez que los jugadores cierran filas en torno al francés, conscientes de que serán los más perjudicados si se altera el orden actual, aunque no todos estén identificados con las ideas del francés por su peculiar favoritismo por ciertos jugadores. 

TOQUE DE ATENCIÓN DE FLORENTINO PÉREZ

Florentino Pérez estuvo con la plantilla y apoyó a Zidane, pero dio un toque de atención al grupo en la jornada del jueves, con motivo de la foto oficial de la temporada. Ante el Sevilla debe empezar la remontada y esta plantilla ha respondido en los momentos difíciles y ante los rivales más fuertes. Otra derrota ampliaría el desconcierto ante la final ante el M’glandbach, pero una buena actuación afilaría las garras para ganar el miércoles a los alemanes. 

No quieren perder el tiempo en lamentaciones, en que las ausencias han hecho daño al equipo. Intentan hacer borrón y cuenta nueva dejando atrás las últimas actuaciones, las derrotas y el rendimiento de muchos jugadores. Es momento de hacer piña, de apretar los puños y de salir de una situación límite en la que solo ellos se han metido. Ante el Sevilla se verá si de verdad ha hecho efecto la conjura de una plantilla cuestionada con su entrenador al frente.