Un Madrid que no aprende con Zidane en apuros

Zidane se encuentra en apuros en el Real Madrid

Zidane se encuentra en apuros en el Real Madrid / EFE

Alejandro Alcazar

Villarreal dejó sabor agridulce en el Real Madrid en otro querer y no poder forjado en los errores propios. Un equipo falto de estructura que Zidane no consigue redondear y que cuestiona sus decisiones.

Se inventó un centro del campo con dos especialistas, Casemiro y Kroos, un media punta-extremo, Lucas Vázquez, y un delantero, Bale. La consecuencia volvió a ser que sigue rompiéndose entre líneas. El empate supo a poco, pero se conformaron por no salir derrotados de La Cerámica.

A lo anterior se suma que Ramos tira el equipo hacia atrás y Benzema hacia adelante cuando no tienen el balón. No se junta y sufre persiguiendo sombras. La presión es irregular. Cuando la hacen bien recuperan con facilidad, pero no hay continuidad.

Los errores individuales siguen pasando factura, y sigue fallando el último pase. Sólo Bale dio sentido con sus internadas y sus balones al área, mientras que Lucas Vázquez es una máquina irregular, compensa sus constantes pérdidas y errores con el desgaste. No está a la altura pero Zidane no tiene otro.

FALTA TODO

Casemiro fue el mejor con el galés, en una posición más adelantada a lo habitual. Gustó Mendy en su debut pero Ramos no le ayudó en nada. Benzema y Jovic no se entendieron ni conectaron. Fue un Madrid de montaña rusa, que alternó cosas buenas con errores individuales con y sin balón. “Nos falta todo…”, decía Casemiro: “Hacer gol y ser mejores defensivamente. Esto un equipo. Si defendemos, defendemos todos; si atacamos, atacamos todo. Ese es el espíritu”. Lo clavó.

La aureola de Zidane se apaga. Los resultados no son buenos desde que volvió. Seis victorias de 14 partidos es un bagaje demasiado pobre para el Real Madrid. Se ha dejado 19 puntos, el 45,23% de los disputados y ha marcado 22 goles a favor, 1,5 por partido, el peor porcentaje de la última década.

El francés no acaba de dar con un estilo de juego que palie sus alineaciones. Incapaz de que actúe como un equipo, solo lo hace a ráfagas. Las desconexiones, errores individuales y falta de pegada siguen siendo las asignaturas pendientes. Y la afición no ve mejoras respecto al juego del año pasado.