Isco vuelve a ser intrascendente

Isco ha entrado en un bache

Isco ha entrado en un bache / EFE

Alejandro Alcázar

Isco ha perdido protagonismo en su equipo. De ser titular incuestionable ha pasado alternar el banquillo con el campo como hace dos temporadas.

Fue el jugador más brillante en la primera parte de la temporada como continuación a su excelente rendimiento del final de campaña pasada, ganándose la titularidad al echarse al equipo a la espalda en los momentos difíciles.

Con el inicio del año sus prestaciones cayeron y Zidane le ha incluido en el paquete de rotaciones retirándole su confianza  al ser ese brujo ineficaz que luchaba para ganarse el puesto.

El malagueño pagó el esfuerzo físico que hizo en los tres primeros meses de competición. Rayó por encima de sus compañeros, con actuaciones estelares que convencieron a todos.

Pero tras las vacaciones navideñas su rendimiento ha caído en picado y ha intentado disfrazar su bajo momento físico con lucimiento personal, volviendo a ese individualismo estéril queperjudica a un equipo que depende de su lucidez y elección acertada en cada jugada .

BAJÓN ALARMANTE EN EL 2018

Su individualismo le ha condenado de nuevo a luchar por la titularidad, a ser prescindible en un equipo que necesita de su magia y agilidad mental, pero ha vuelto a exhibir esos vicios futbolísticos que adornan su juego pero que lo vacían de efectividad.

 Le vuelve a sobrar un regate, o dos, o tres… a adornarse demasiado . Tiene ansiedad por marcar goles para brillar cuando vive mejor como asistente. Su inseguridad la transmite al equipo parando la circulación del juego, con demasiados toques y siendo previsible.

La competencia que tiene no le permite tanto adorno y o juega para el equipo o se va al banquillo . Así lo ha entendido Zidane desde que comenzó el año, al jugar solo el 42,34% de los minutos posibles. 

En 18 partidos solo completó uno, y fue titular y suplente en el mismo número de partidos, 7. Unos datos que descubren su bajón, su falta de efectividad y esa perdida de confianza de Zidane, que sabe de la necesidad que tiene el equipo de la mejor versión del malagueño.