Protege a Bale, Benzema y Ramos

Florentino mete mano en el vestuario del Real Madrid

El presidente del Madrid muestra síntomas del error de su primera etapa, en la que reconoció que había "maleducado" a algunos galácticos tras su dimisión

Florentino Përez protege a fichajes que hizo él frente a otros galácticos impuestos

Florentino Përez protege a fichajes que hizo él frente a otros galácticos impuestos / sport

Alejandro Alcázar

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, reconoció en su primera etapa, febrero del 2006, que había fallado con los futbolistas: “Hemos hecho una plantilla de grandes jugadores de la que soy el único responsable. Les he maleducado y se han confundido. He actuado como los padres por darle lo mejor a los niños y hace que se confundan. Soy el único culpable. Con mi dimisión deben ver que lo único importante es el Real Madrid”. Catorce años después aquellos síntomas empiezan a reaparecer con su sobreprotección hacia un grupo de galácticos frente a otros a los que ignora e incluso quiere quitarse de encima. El presidente mima a Gareth Bale, Karim Benzema y Sergio Ramos por encima del resto. Los tres son apuestas personales a los que defiende contra viento y marea. Por el contrario, tiene cruzado a Casillas, Cristiano Ronaldo y Modric, fichajes ajenos a su gestión pese a que los tres son intocables, que no es lo mismo que innegociables, para el entrenador Carlo Ancelotti.

FICHAJES PROPIOS Y AJENOS

El presidente del Real Madrid gestionó directamente con el Sevilla el fichaje de Sergio Ramos, era una promesa de apenas 19 años; fichó a Karim Benzema, al que convenció en persona desplazándose hasta Francia, y Gareth Bale, su última apuesta, y a la que defiende con más demencia de la deseada por las críticas que recolecta ante su bajo rendimiento esta temporada. 

Florentino no ha tenido nunca demasiado ‘feeling’ con Casillas, quizá por ser un símbolo del madridismo que eclipsa su figura y porque el capitán ha demostrado que no se casa con nadie. Se encontró con el fichaje hecho de Cristiano por su antecesor Ramón Calderón. Nunca le gustó, pero se inclinó ante él después de negarle una subida salarial y decirle que si se quería ir que trajese el dinero con el que ficharía a Messi: un año después le pagó lo que pidió. Y nunca vio con buenos ojos el fichaje de Luka Modric, al que le costó una larga negociación con el presidente del Tottenham Daniel Levy y 40 millones de euros por deseo directo de José Mourinho, entrenador al que siempre dio lo que le pidió dentro de un orden y no como sucede con Carlo Ancelotti.

Curiosamente, los tres jugadores que no son santo de devoción del presidente son los intocables de Ancelotti en su equipo tipo, donde habría que incluir a Kroos y Ramos. El italiano los alinea siempre que están bien y no los cambia nunca salvo que los vea agotados o estén lesionados.