Cristiano Ronaldo se queda seco

Cristiano Ronaldo se quedó sin marcar en San Mamés

Cristiano Ronaldo se quedó sin marcar en San Mamés / AFP

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Al Real Madrid se le acumulan los problemas. Son muchos y muy diferentes, pero uno agranda los demás, su falta de gol. La ‘Cristiano dependencia’ es aguda y cuando el portugués no aparece, su equipo se resiente, como ocurrió el sábado ante el Athletic, porque el fútbol de ataque lo dirige siempre hacia él.

En la Champions lleva ocho goles que valen para tener billete a la siguiente ronda con una jornada de anticipación, pero como segundo de grupo producto de la suma del resto de carencias que resuelve su estrella con sus goles. Pero en la Liga no las enchufa y el resultado es un retraso inusual en la clasificación con datos preocupantes. Su falta de gol son puntos que se quedan en el camino, y con él en el campo han perdido 10 de los 14 puntos que se han dejado en la Liga, incluídas las dos derrotas: ante el Betis en el Bernabéu y en Girona. 

Sus peores datos

Nadie se atreve a decir que está en la cuesta abajo, que su estrella se apaga, pero sus datos en la Liga son un síntoma preocupante. Ha marcado dos goles en 10 partidos (68 remates), uno cada 450 minutos, sus peores datos en las nueve temporadas que lleva en la Liga. Su porcentaje medio es de 1,02 goles por partido, un punto por encima de lo que lleva en la esta Liga (0,2).

Se ha quedado seco del todo, pese a que pone toda la voluntad del mundo, corre, se esfuerza, pero no es suficiente para recuperar la precisión de su pegada. Es un inconformista por naturaleza y eso aumenta su ansiedad por marcar, sensaciones negativas para un jugador que en dos meses cumplirá los 33 años. Una edad que empieza a pasarle factura. Ha perdido esa velocidad que le hacía imparable en carrera, ya no tiene esa potencia portentosa que le hacía poderoso ante los defensas, que le derriban con suma facilidad, muchas veces propiciadas por el futbolista que va al suelo en busca de la falta. Y es que empieza a tener demasiado chasis para un motor con exceso de kilómetros.

Nadie lo da por enterrado. Su falta de pegada producto de sus errores en la finalización deben tener una explicación. Se achaca a un bache, a un momento difícil que acabará superando para volver a meter goles como churros. Aciertos que eleven las opciones de un equipo deprimido, con él a la cabeza. Pero los partidos pasan y su imprecisión crece.

Sin la BBC

Tiene una pareja de baile que no le ayuda ni a maquillar su mal momento. Un Benzema que ha marcado los mismos goles que él, aunque los errores del francés ante las porterías rivales son bastante más grotescos que los suyos.

Forman un tándem de ataque venido a menos a los que Zidane mantiene en el campo contra viento y marea. Han jugado 9 partidos juntos, con tres empates y dos derrotas, en los que su equipo ha marcado 17 goles y ellos solo tres, dos del portugués y uno del francés, lo que descubre la escasa eficacia cuando juegan juntos esta temporada. Un ataque deprimido en la que falta Gareth Bale, víctima de su fragilidad física. Llevan casi ocho meses sin jugar juntos (23 de abril), un déficit ofensivo que carcome a Zidane, que no ve el momento de volver a juntarlos para recuperar esa capacidad ofensiva de la que ahora carece.