El infierno de Mertesacker

Para la mayoría de futbolistas su última temporada siempre supone un momento especial, indicado para aprovechar los últimos instantes al máximo. No es así para Mertesacker. El central alemán ha reconocido que será una "liberación" dejar este deporte que le ha hecho disfrutar pero también sufrir. "Prefiero sentarme en el banquillo o hasta en la grada" sentencia sobre sus últimos meses.

El central del Arsenal de 33 años termina este junio una andadura de 14 años en el fútbol profesional de la que se lleva buenos momentos pero también un gran sufrimiento. Pese a ser consciente de los "privilegios" de su vida, la presión le hace padecer mareos y nauseas antes de los partidos "Mi estomago se revuelve como si fuera a vomitar. En una ocasión tragué la bilis tan fuerte que hasta mis ojos se llenaron de lágrimas. Giraba la cabeza para que nadie se enterara".

Añade que la también ha sufrido de diarrea en las horas previas a los partidos por la tensión que le supone jugar profesionalmente. "Mirando hacia atrás quizás ha ocurrido más de 500 días en mi vida. De la cama al baño, del desayuno al baño, del almuerzo al baño... Nunca quise dramatizar sobre ello" afirma.

Finalmente Mertesacker podrá acabar con todos los problemas que le ha supuesto la presión de su empleo. Obligado por las lesiones, ha tomado la decisión de retirarse de la práctica deportiva después de una extensa y laureada carrera que ha tenido un suplicio oculto, hasta ahora.