Una ruta cicloturista para descubrir el Empordà

Con un recorrido circular desde el lago de Banyoles, visitando la Costa Brava por la Escala y volviendo por el interior del Baix Empordà 

Pàgina 3. Ruta Cicloturista

El Baix Empordà visto desde Torroella de Montgrí

César Martínez

Esta ruta cicloturista, con una exigencia moderada, recorre los diferentes puntos más representativos del Empordà. Sin embargo, su salida y llegada se encuentra en Banyoles. A través de sus 102 kilómetros de recorrido circular, uno puede aventurarse a descubrir parte del patrimonio, y pueblos con un encanto único. Sus poco más de 700 metros de desnivel positivo hacen que la ruta sea poco exigente, a pesar de su distancia, y es que el objetivo es poderla hacer durante todo el día, parando siempre que uno quiera o incluso haciendo un descanso ala horilla del mar para darse un baño.   

Con salida desde el lago de Banyoles, la ruta ya empieza desde un lugar con gran encanto. A partir de ahí, pone rumbo hacia el mar, pero pasando antes por pequeños pueblos con gran historia, como Sant Miquel de Fluvià o Sant Pere Pescador, un municipio con un gran patrimonio histórico que data de la Edad Media. A partir de ahí se empieza a vislumbrar el mar Mediterráneo donde, paralela a la costa, la ruta lleva a Sant Martí d'Empúries, lugar con un amplio cartel gastronómico.  

VISITAR LAS RUINAS DE EMPÚRIES 

Después de pasar Sant Martí d'Empúries, y con la costa a nuestro lado, la ruta ofrece conocer los viejos restos arqueológicos de la ciudad de Empúries. Desde hace ya algunas unas décadas se permite visitar y caminar entre los yacimientos de la que fue una ciudad griega y romana. Con muchos puntos prácticamente restaurados, uno puede vivir por un rato la experiencia de pasear por la que fue una de las ciudades portuarias más destacadas de la época antigua.  

Tras conocer y visitar los restos de Empúries, la ruta continúa. De hecho, el siguiente punto es la Escala, otro municipio de la costa catalana con un encanto especial. La Escala tiene todavía ese aire de pueblo pescador tradicional, pero a su vez, se ha adaptado a las necesidades del turismo, sin perder su esencia. Este pintoresco pueblo es el último punto costero que tiene la ruta, a partir de ahí, se vuelve a enfilar hacia Banyoles. 

En el regreso, no obstante, la ruta cicloturista sigue recorriendo parte del Empordà y permitiendo al usuario de la ruta disfrutar de estos últimos kilómetros pasando por lugares como Verges que, como muchos pequeños pueblos de la zona, dispone de un bonito casco antiguo de la época medieval.  

Se trata de una ruta para hacer durante todo el año, pero es quizá en verano cuando puede llegar a apetecer más. El poderse dar un baño en la playa a mitad del recorrido es un gran aliciente, pero si el problema es el calor que puede llegar a hacer en la zona, durante estos 102 kilómetros podremos encontrar muchas fuentes naturales y municipios donde poder conseguir un refrigerio.