La ‘zona Luis’

Simeone frustrado ante el Sevilla

Simeone frustrado ante el Sevilla / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

 “Las Ligas se ganan en los últimos diez partidos”. El Atleti entró, de lleno, en la ‘zona Luis Aragonés’, esa que distingue aspirantes de campeones, en Sevilla. Irregular antes del parón de selecciones, el Atleti cayó ante un Sevilla que en plan vendaval, al abordaje. Oblak detuvo un penalti a Ocampos, pero esta vez ni el santo esloveno salvó al Atleti, que encajó un gol decisivo de Acuña, precedido de una mano de Ocampos en el arranque de la jugada que el VAR no vio. El Atleti reaccionó, lo fue equilibrando poco a poco, se acercó al gol y, aunque tuvo dos opciones para empatar el choque, se fue de vacío de Nervión. En apenas una semana, tendrá que volver a Sevilla. De momento, entra en la ‘zona Luis’ con derrota. Quedan nueve finales. Madrid y Barça, al acecho. 

CUMPLIR ANTES DE LOS PIRINEOS Debía ganar, meter presión y hacer los deberes antes de afrontar su particular triple etapa de alta montaña en los Pirineos: Liverpool-Barça-Liverpool. Y el Madrid ganó, sin pisar el acelerador, de manera cómoda, bajo el aguacero, con Karim Benzema y Asensio más enchufados que nunca. El Eibar, inmerso en las procelosas aguas del descenso, apenas opositó para puntuar. El Madrid sigue en modo “caza” y entra en territorio ‘Luis Aragonés’ con seis victorias en los últimos ocho partidos. Zidane empuja y quiere llegar a la tierra prometida en mayo. 

COPA TXURI-URDIN Las finales no se juegan, se ganan. La Real Sociedad hizo bueno el dicho popular 34 años después en La Cartuja, imponiéndose a un Athletic sin chispa tras el gol de Oyarzabal. La Real derramó lágrimas de felicidad y supo ganar. El arte de saber perder se personificó en Muniain, que tocó la Copa antes de la final y acabó aplaudiendo el triunfo del contrario. Noche dura para ‘los leones’. Caer está permitido, pero levantarse es obligatorio. Dentro de quince días, revancha. Otra vez, ante el Barça. Ganar será alcanzar la gloria y sacar la gabarra. Perder las últimas seis finales que ha disputado, un auténtico trauma. Enfrente, el Barça de Messi.