Un zombi en el banquillo del Bernabéu

Lopetegui tiene las horas contadas en el Real Madrid

Lopetegui tiene las horas contadas en el Real Madrid / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

El mundo del fútbol, acostumbrado a convertir en real lo inverosímil, asistirá hoy a una imagen estrafalaria. Lopetegui, un entrenador oficiosamente destituido, se sentará en un banquillo del que ya ha sido desposeído, y en el que solo espera una fecha para su ejecución definitiva. El técnico madridista es ahora mismo un exentrenador al que se le busca sustituto de forma pública y notoria sin que se le haya dado el tiro de gracia oficial. De toda esta situación esperpéntica, sin duda lo único digno es la actitud paciente, serena y tranquila de Lopetegui, que ayer aguantó el vendaval de preguntas con un estoicismo que sin duda le honra.

El tiovivo del fútbol da siempre muchas vueltas, pero incluso si el Madrid gana en el Camp Nou y Florentino tiene que recular, nadie podrá negar que estos días era ya un entrenador totalmente destituido, no por los periodistas, sino por el presidente blanco y toda su junta directiva, que no habla, pero filtra. La cuestión es que, aunque parezca increíble, la factura por la consecución de la 13ª Copa de Europa sigue ampliándose: unos minutos después de que pitara el árbitro en Kiev, Cristiano dinamitó el madridismo insinuando su posterior marcha, a continuación Zidane anunció su dimisión irrevocable y Lopetegui está visto para sentencia. Toda la secuencia, vista en perspectiva, demuestra que el entrenador vasco no es el culpable sino la víctima. Concretamente otra víctima de la desastrosa planificación de un director deportivo que en el Real Madrid no existe porque en realidad se confunde con la figura del presidente, que empieza a dar síntomas de perder el control de la nave.

Y es que de aquellos polvos del fichaje de Lopetegui, asaltando La Roja con sus previsibles consecuencias nefastas, vienen ahora los lodos de la situación actual. Lo que consiguió Florentino entrando en la selección como un elefante en una cacharrería fue desacreditar a su entrenador delante de los jugadores, la prensa y la afición en general. Sí, Lopetegui nació muerto y hoy se sentará como un zombi en el banquillo del Bernabéu.