Vermaelen, titular

No voy a hablar del partido de ayer, sino del de domingo pasado, porque quiero referirme a Thomas Vermaelen, este jugador de 32 años que llegó hace cuatro años y que cedimos a la Roma por su fragilidad. Pocos minutos antes de que se lesionara en el Benito Villamarín pensaba en lo satisfecho que me sentía de que un jugador que había tenido tan poco papel en el equipo y tantísimas lesiones a lo largo de su carrera pudiera ser sustituido por un Samuel Umtiti, recuperado de su lesión. Curiosamente, a los pocos minutos, así fue. En cualquier caso, cuando se recupere Vermaelen, un profesional nada conflictivo y muy trabajador, se merece continuar como titular disputándole la posición a los otros grandes defensas de los que ¡por fin! este año dispone la plantilla. De Yerry Mina no comento porque nada se ha visto de él hasta ahora. La pena es que Vermaelen reincida en sus lesiones. Un desesperante problema que le trunca una admirable progresión. Se le fichó como un jugador listo para jugar inmediatamente, y no lo ha podido hacer hasta varios años después y de manera intermitente. Creo que no hace falta sugerirlo, pero Vermaelen debe quedarse en el Barça, de hecho el staff técnico y, se supone que Valverde también, quieren que el belga siga porque ha demostrado mucha seguridad y un encaje impecable en el sistema del equipo. Siempre he pensado que debe ser muy frustrante pasar por un súper equipo como el Barça y tener que marcharse, como lo han hecho tantos jugadores, sin haber demostrado lo que realmente vales. Las lesiones suelen tener la culpa, pero también la falta de adaptación y, para otros, la excesiva presión que les atenaza en el campo y pasan de ser unos grandes futbolistas en sus equipos de procedencia, a jugadores bloqueados, incapaces de superar tanta responsabilidad. Hay otros motivos que seguramente me dejo en el tintero, pero creo haber citado los principales. Vermaelen iba por ese camino en el Barça. Ahora ya no. Cuando se recupere será una pieza importante que disputará la titularidad a Piqué y a Umtiti, y el barcelonismo debería alegrarse de ello.