Vencer sin convencer

Vuelve Ter Stegen

Vuelve Ter Stegen / sport

Rubén Uría

Rubén Uría

VENCER SIN CONVENCER

Trump o Biden. Mientras el planeta seguía con atención el recuento de votos y los ‘yanquis’ dirimían qué modelo de país quieren, si el cosmopolita Wall Street o el nacionalista autóctono, el Camp Nou votó sí al pleno de victorias en Champions. Tres de tres. Y sin embargo, vivir para ver, el Barça venció, pero no convenció. A Koeman no le gustó lo que vio y motivos tuvo. Su Barça comenzó bien, se desinfló al cuarto de hora y durante varias fases del partido sufrió lo que no está en los escritos. Se olvidó de presionar, atacó siempre por el centro y defendió de pena ante un equipo lleno de bajas y golpeado por la Covid-19. A quien esto escribe le gusta Koeman. Su discurso y su método. Pero o el equipo espabila con urgencia, o pronto le veremos protagonizando una charla programada con Vicente del Bosque, como un ingrato exentrenador de cuyo nombre no quiero acordarme.

DOS MUROS

A un lado apareció Ter Stegen, que volvía después de 82 días fuera de combate y regresó como se había ido: haciendo milagros. Anoche hizo cinco, salvando los muebles de un Barça que tiene tanta juventud como ingenuidad y tanto talento como flaccidez defensiva. Al otro lado de la esquina apareció Neshcheret, un portero juvenil que no estaba inscrito ni en la lista A de su equipo y que, en su gran noche, se hizo su videobook particular -copyright Jose Sanchis- en el Camp Nou, con cinco paradas de museo.

‘DIABLOS COJOS’

Ni en la Premier, ni en Europa. El Manchester United se ha instalado en la duda y ese es mal lugar para pasar demasiado tiempo. Istanbul Başakşehir fue mejor en lo colectivo y mereció lo que se llevó: una gran victoria. Los turcos cedieron iniciativa y balón, pero lastimaron con velocidad y juego directo. Sus tres tenores, Türüç, Visca y Demba Ba, se bastaron para doblegar a un United frío y vulgar. Sólo con Bruno Fernandes no alcanza. Ante el PSG vimos a los “diablos rojos”, pero en Estambul los de Solksjaer parecieron los “diablos cojos”.