Valverde se desmelena: aquí solo juegan los mejores

Ernesto Valverde respiró tranquilo tras la reacción del equipo azulgrana

Ernesto Valverde respiró tranquilo tras la reacción del equipo azulgrana / JAVI FERRÁNDIZ

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça atropelló al Sevilla, después de haber vuelto a sufrir lo que no está escrito. Sin duda, el equipo de Lopetegui mereció más suerte, tras tres ocasiones clarísimas con empate en el marcador, pero una vez más el equipo de Valverde se agarró a su brutal pegada. El partido pareció por momentos una fotocopia del último contra el Inter, porque justo cuando el Barça agonizaba en manos del Sevilla apareció otro zarpazo providencial de Suárez, esta vez en forma de una gran chilena, al que siguió una aparición de un portentoso Vidal justo antes que Dembélé anotara tras una gran acción individual.

La deliciosa falta final de Messi, que pareció ejecutada por una cámara superlenta, sirve para certificar que hay días en los que el fútbol es más sencillo de lo que parece: gana el que tiene gol, y punto. Pero lo realmente relevante del partido de ayer fue la constatación de que hay un nuevo Valverde valiente y desmelenado, que ya solo se rige por la meritocracia. Ayer alineó de entrada a Dembéle Arturo Vidal, y sentó a Busquets Griezmann.

El partido le dio la razón: los dos titulares marcaron y demostraron que hoy están por encima de los otros dos. Es la nueva ley de Valverde: aquí juegan  los mejores y punto. Griezmann ni siquiera jugó, y Rakitic tuvo que entrar desde el banquillo. La absurda expulsión de Dembélé da una nueva oportunidad para aumentar la competencia. El Barça continua en plena sacudida, y a Valverde le dan igual los nombres: solo importa el rendimiento.

EL VOTO ELECTRÓNICO DEBERÁ ESPERAR

La asamblea ordinaria tenía un tema estrella, el del voto electrónico. Fue un ejercicio típicamente barcelonista de democracia, pluralidad y también, por qué no decirlo, de confusión. En un gesto elegante, el club dio a Victor Font el reconocimiento que merecía tras su gran éxito al conseguir 5000 firmas, y el precandidato pudo subir al estrado a exponer su propuesta.

Tal como se esperaba, el club explicó los motivos para oponerse, básicamente los derivados de la inseguridad respecto al sistema. La sorpresa fue que, tras exponer su rechazo, la junta votara unánimemente a favor de la propuesta, en un complejo ejercicio difícil de entender con el que quería manifestar que, a pesar de sus reticencias, no puede oponerse a la voluntad de tantos socios.

El resultado fue igual de extraño: ganó la propuesta pero no con el suficiente apoyo para impulsar una reforma de los estatutos. El voto electrónico deberá esperar, pero el episodio deja la sensación de que Victor Font ha sabido aprovechar la oportunidad que le ha brindado el propio club.