Valverde blinda el Barça con un nuevo once de gala

Ernesto Valverde y Carles Aleñá en el Barça-Celta

Ernesto Valverde y Carles Aleñá en el Barça-Celta / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça se sacó de encima, con una facilidad insultante, uno de estos partidos que parecen haber sido escritos antes de jugarse. No pasó nada que no tuviera que pasar, todo discurrió según el guión, como si los dos conjuntos ya supieran de antemano lo que iba a suceder. Como siempre, decidió Messi, como siempre maravilló la sociedad Alba-Messi, y como ya es habitual marcó Dembélé, para confirmar que el francés termina el año habiendo revertido completamente su situación.

Pero nadie debe confundirse: que el partido de ayer fuera plano, ante un Celta muy blando que ofreció escasa resistencia, no quiere decir que no ocurrieran hechos significativos: el más trascendente, sin duda, es que Valverde ha hecho una revisión de su once tipo. Los dos brasileños que hace pocas semanas parecían consolidados, como Arthur y Coutinho, han cedido su lugar a Arturo Vidal y Dembélé, y no parece precisamente un cambio anecdótico o circunstancial.  

En la delantera se afianza un nuevo tridente Messi-Suárez-Dembélé, este sí, muy ofensivo, creativo y con una gran punta de velocidad. No parece ahora mismo que Coutinho tenga la más mínima opción de amenazar este trío viendo que sus prestaciones son correctas pero su fútbol tiene ahora un punto melancólico, como si no llegara a encontrar la manera de sacar lo que lleva dentro. La esperanza para el brasileño es que en el fútbol todo puede cambiar en un segundo, y si no que se lo pregunten a Dembélé.

En la media, Arturo Vidal ha logrado que triunfe su particular golpe de estado sobre Arthur, y nadie le podrá negar al chileno que lo está logrando a base de actitud, esfuerzo y trabajo. No es casualidad que la irrupción de Dembélé, puro talento pero también pura anarquía, haya venido de la mano de la consolidación de Vidal, un estabilizador nato.  

Independientemente de los gustos de cada uno, Valverde ha conseguido un nuevo once de gala basado en a meritocracia, que le ha permitido sin duda encadenar la racha de victorias más positiva de este año (4), y además sin encajar ni un solo gol y blindando la defensa. El equipo se parece cada vez más al que arrasó en la pasado Liga, pero con una mejora sustancial: se confirma que este año por fin hay fondo de armario, algo que genera competencia dentro de la plantilla. A pesar de todo, el Barça termina el año con un aspecto muy esperanzador.