Un '10' universal

Messi, en su última visita al Bernabéu, celebró así el gol que anotó después de convertir un penalti

Messi, en su última visita al Bernabéu, celebró así el gol que anotó después de convertir un penalti / VALENTÍ ENRICH

Rubén Uría

Rubén Uría

Messi no necesita decir de sí mismo que es el primer, el segundo y el tercer mejor jugador del mundo, él lo demuestra. Messi no necesita un ejército de palmeros que le conceda premios a la carta, que amplíe plazos o que le haga campañas de márketing, porque Messi es más grande que todos los premios que se puedan conceder y otros puedan ganar. Messi no necesita que le digan que es mejor que Maradona, que Pelé, que Cruyff o Di Stéfano, porque él compite contra la historia y lejos de refugiarse en su ego para batir récords, juega para proporcionar felicidad a la gente. Messi no es sólo el mejor de su equipo, ni es sólo mucho “mes que un club”, ni es sólo el mejor jugador que se haya visto jamás. No. Messi es el fútbol. En toda su pureza. En toda su dimensión. A Messi no se le puede definir, ni se le puede explicar. A Messi sólo se le puede disfrutar. Es universal.

Si hay algo que repite Simeone es que, si se cree y se trabaja, se puede. Y Morata, que siempre quiere, ahora puede. Después de parecer peleado con el VAR, percutió en el área, trabajó sin desmayo, se sacrificó y encontró la recompensa: el gol.  Lo gritó con rabia y con un punto de liberación. Si quedaba algún atlético que no quisiera a Morata, ahora es minoría. Al final, en el fútbol, como en la vida, siempre hay que insistir.

Los goles no se merecen, se hacen. Precisamente por eso, el Levante de Paco López se quedó sin un triunfo que mereció ante un Madrid ramplón. No tuvo pegada y lo pagó caro. Dos palos y un mano a mano. Agua. Perdió por eso y porque, entre otras cosas, el árbitro Iglesias Villanueva pitó un penalti sobre Casemiro que los blancos vieron claro y los granotas entendieron que se trataba de una perfecta nominación del brasileño para la gala de los Oscar. El Madrid jugó mal, pero salió ileso y llega vivo al Bernabéu. Espera Messi.