Umtiti se mira pero no se toca

El Barça tiene un grave problema: no puede luchar en igualdad de condiciones económicas con los grandes clubs que son propiedad de jeques o magnates. Primero fueron los ingleses; el Chelsea, el Manchester City y el Manchester United. Ahora el PSG. Tienen amos que los gestionan como una multinacional y gastan todo el dinero que quieren y más en fichajes. Aunque, afortunadamente, no siempre consiguen un rendimiento deportivo a la altura de la millonaria inversión. Y es que, como ha quedado demostrado una y mil veces, el fútbol no son matemáticas. Y dos más dos pocas veces suman cuatro.

La tradición, el proyecto y el estilo, en ocasiones, valen más que un buen puñado de dolares. Y esa es la única ventaja con la que juega el Barça. Sobre todo a la hora de fichar jugadores. O de retenerlos. Como es el caso de Umtiti.  Mourinho se ha ‘enamorado’ del central francés. No es de extrañar. El galo, en solo una temporada y media como blaugrana, ha dado un salto cualitativo espectacular. Y su cotización internacional ha subido como la espuma. El Barça (después de muchos años de fiascos en esta posición) le incorporó del Olympique de Lyon a cambio de 25 millones de euros. Una cifra que, hoy en día, resulta una minucia. Como su cláusula de rescisión: solo 60 millones. Cuando se han pagado 84 millones por Van Dijk o 57 por Mendy, 60 millones por Umtiti es barato. Muy barato. De ahí el interés del entrenador del Manchester United por el central blaugrana.

Pero Umtiti no caerá en la misma trampa de Neymar. El francés quiere seguir en el Barça (mejorando su contrato, claro) porque se siente a gusto y valorado. Es titular indiscutible ju nto a Piqué y, a sus 24 años, tiene una década por delante para ganar títulos. En el Camp Nou.