A la UEFA (y FIFA) no se le tocan las pelotas

El Barça, el Madrid y la Juventus serán duramente castigados

El Barça, el Madrid y la Juventus serán duramente castigados / EFE

Tomàs Andreu

Tomàs Andreu

Si alguien sabe lo que es sufrir los rigores de las sanciones disciplinarias de las grandes instituciones futbolísticas, ese es el Barça. Aún se recuerdan las ventanas sin poder fichar y se paga el enorme daño que causó en la cantera azulgrana. Mucho discurso, mucho recurso y, al final, no tocó más remedio que agachar la cabeza y asumir el castigo sin rechistar por vulnerar la normativa de los fichajes a menores.

Años después, y de la mano, entre otros, de Florentino Pérez, el Barça lidera el trío de impulsores de la Superliga. A mí, sinceramente, me seduce la propuesta deportiva, pero ni el fondo estaba bien diseñado ni la propuesta mínimamente estructurada. Chapuza en toda regla que apenas si fue capaz de generar un mínimo debate sobre las caducas estructuras futbolísticas. Un par de puñetazos sobre la mesa de Ceferin, Infantino..., y todos calladitos. En primera instancia retractándose, a continuación huyendo y, finalmente, pidiendo perdón.

GRAVES CONSECUENCIAS El desafío de Real Madrid, FC Barcelona y Juventus, últimos abanderados de la fracasada Superliga, aún no ha escrito su capítulo final. Ayer se conocían las sanciones a los nueve disidentes. Al tiempo, también se constataba que el expediente contra los tres clubes restantes seguía su curso a la espera de un castigo mayor que el 5% de los ingresos UEFA. No discutiré si la Superliga es más o menos necesaria, pero sí constato que a la UEFA, FIFA y otras instituciones no se las puede poner contra las cuerdas sin el arsenal debido. Lo vivido es una batalla ridícula que tendrá consecuencias. A día de hoy, el juego de la pelota sigue bajo supervisión instituacional. Para tocársela/arrebatársela hay que ser más listo y más valiente.