Todos los caminos conducen a elecciones

Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona

Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Josep Maria Bartomeu tuvo que entregar ayer a su junta a Jaume Masferrer, su mano derecha, en la profunda crisis del ‘Barçagate’, que sigue abierta tras más de cuatro días de escándalo. La explicación oficial, ayer por la noche, era que se le había apartado temporalmente de sus funciones, pero esto, en lenguaje corporativo, no es más que el eufemismo del cese de sus funciones.

La salida de Masferrer es sin duda un triunfo de los directivos que pedían medidas contundentes y un toque muy serio al presidente, que pierde a otra de sus piezas predilectas por el camino, y ya van unas cuantas.

Masferrer llegó al club para reorganizar la comunicación y preparar las próximas elecciones, y su cese, aunque de momento sea temporal, supone poner en cuestión todo el camino electoral planificado, y deja el club en medio de un escenario tan imprevisible como peligroso.

Bartomeu se verá obligado a recomponer su organigrama, que ya retocó en su momento con la entrada de Masferrer, y previsiblemente tendrá que ceder poder a Emili Rousaud, el delfín de la candidatura continuista, y uno de los directivos que más ha presionado al presidente para que prescindiera de Masferrer y se replantee de arriba a abajo la manera de dirigir el club.

Atención, porque estamos en un momento crítico de esta directiva y del gobierno actual del club, en el que un sector emergente aprieta con argumentos razonados y de peso para lograr que cuaje una revolución interna con más transparencia y profesionalidad, y otro sector se limita a resistir y aguantar hasta el 2021, ahora mismo un escenario que parece muy improbable. De momento, la junta se reunirá oficialmente en un plazo de muy pocos días, pero es factible pensar que todos los caminos conducen a unas elecciones anticipadas.

Básicamente, porque la estructura ejecutiva sin Masferrer debe ser replanteada, y de mar de fondo la junta se plantea aplazar una vez más la Asamblea que debía aprobar la financiación del Espai Barça. Todo esto en un contexto de fragilidad deportiva, que debe consolidarse en Nápoles y en el clásico por el bien de todos. Por todo ello, cada vez es más difícil evitar el adelanto electoral.