El talento no es suficiente

Leo Messi

Leo Messi

Jordi Cruyff

Jordi Cruyff

Para el espectador, fue sin duda una jornada súper emocionante con La Liga en vilo hasta los últimos minutos. Incluso un gol del Barça le hubiera metido en la lucha por el campeonato de cara al último partido. Pero al final ha acabado pagando un mes complicado, el más importante, el que reparte las medallas. Y ha sido justo el momento en el que los blaugranas han perdido esa confianza que les había permitido meterse en la pelea contra pronóstico.

Al final son los pequeños detalles los que inclinan la balanza en el fútbol. El Barça tuvo treinta minutos buenos, pero volvió a padecer los problemas que este año no le han permitido matar los partidos. Encajó un gol de la nada y en esos momentos en que necesitas una chispa de suerte, la fortuna le dio la espalda. De nuevo se hizo notar la ausencia de un rematador, precisamente cuando Luis Suárez anotó casi en el minuto 90 el gol que acercó al Atlético de Madrid a La Liga. Leo Messi ha dado mucho a este equipo como Pichichi, pero le ha faltado la compañía de un jugador con garantía de 20 goles y que probablemente le hubiera dado la liga al conjunto culé.  

Ahora que no quedan opciones para el campeonato, se impone el regusto amargo de haber llegado hasta la orilla de un título. Pero nadie se hubiera imaginado ese escenario en enero. Tiene mérito haber estado vivos en esta batalla hasta la penúltima jornada cuando meses atrás la distancia con la cima de la tabla superaba los diez puntos. El Barça que ha llegado tan lejos contra pronóstico es el mismo que afrontaba la temporada con reconocidas limitaciones en una plantilla joven que necesita tiempo para carburar.  

Igual mérito tiene el Real Madrid, con jugadores con carácter para sufrir a nivel defensivo. A veces hay que tener un poco de suerte en el fútbol, pero la suerte también se trabaja. Tiene valor su capacidad de aguante metiéndose en semifinales de Champions con carencias y manteniendo opciones de pelear por La Liga hasta la última jornada. Marcar un gol en un campo difícil como San Mamés es el reflejo de esa resistencia en momentos clave.

Pero el Atlético de Madrid ha hecho el más difícil todavía esta temporada. Remontando un resultado en contra ante el Osasuna con el título al rojo vivo, cuando en un escenario tan al límite te pueden temblar las piernas. Ayer demostró tener una mentalidad a prueba de bombas, una madurez forjada con el tiempo y además supone todo un plus contar con la plantilla más completa de La Liga, porque tiene gol, un medio campo solvente, una defensa que sabe aguantar y un portero como Oblak que ocupa el podio de los tres mejores del campeonato. Al final la incorporación de un rematador como Suárez ha resultado clave en ese ejercicio de madurez necesario cuando vienen mal dadas, como lo ha sido Benzema para el Madrid. Tiene un equipo experimentado que puede ganar jugando mal.

Ahí radica la diferencia del Atleti y el Madrid con el Barça, que necesite jugar bien para ganar y también necesita saber sumar puntos en un día malo. Nadie discute el talento del equipo azulgrana, ni el tremendo esfuerzo que han hecho sus jugadores esta temporada, pero el talento y la juventud no siempre son suficientes.