Susto o muerte

Antoine Griezmann sigue sin desvelar su futuro

Antoine Griezmann sigue sin desvelar su futuro / AFP

Carles Sans

Carles Sans

EN MI ÚLTIMO artículo escribía sobre la obligación que el FC Barcelona tiene de avivar la escasa ilusión que queda entre los aficionados después de un final de temporada tan extraño. Digo extraño porque triste no sería, ya que ganar la Liga siempre es un motivo de orgullo y satisfacción, como diría el emérito. Sin embargo, el batacazo de la Champions no es fácil de superar. 

Ahora hay que pasar página y mirar lo que nos viene. De momento, si lo que nos viene se llama Griezmann o Neymar, ya podemos encomendarnos a la Divina Providencia. Es probable que de los dos solo acabe viniendo uno, ya que lo de Neymar parece poco fiable. Mientras el Real Madrid va presentando fichajes (Hazard, Jovic, Rodrygo y Mendy), en Can Barça seguimos especulando si vendrán dos futbolistas que dejaron al club con un palmo de narices.

Griezmann, un chaval que cada final de temporada amenaza con irse a cambio de más dinero y que hace un año nos dijo que no venía en un documental producido por Piqué después de marear la perdiz. Y el otro, Neymar, un caprichoso que traicionó al club de la manera más fea posible y un generador de problemas de toda índole, ahora con la justicia, ahora con su relación con los compañeros de equipo.

Si nos andamos quejando de que el club blaugrana está cada vez más subordinado a las decisiones del vestuario, solo le falta la llegada de dos figuras tan caprichosas como Neymar  y Griezmann para que lo transformen en un fumadero de egos. La verdad es que este año la dirección deportiva no lo va a tener fácil y Valverde menos. Será muy incómodo gestionar este grupo sin que entre savia con pedigrí que ofrezca alternativas a lo visto la temporada pasada.

Si tuviese que elegir, y sabiendo que tanto Griezmann como Neymar, como la mayoría de los futbolistas profesionales van a lo que van, tal como dice el del chiste del susto o muerte, prefiero a Griezmann antes que a Neymar, porque de lo peor, me parece la mejor opción.