Setién monta el puzle

Quique Setién durante la rueda de prensa

Quique Setién durante la rueda de prensa / EFE

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

Quique Setién llegó con mucha convicción y decisión de imponer un estilo. Poner por delante el juego, el pase y el amor al balón por encima de todas las cosas, tuvo que ver como datos como los pases por partido se convertían en mofa desde la caverna y aguantar lo que aguantó en su derrota en Valencia.

Pero ese calvario inicial que ha tenido que pasar el cántabro le ha servido para ver que no es que no sea posible jugar así, pero que ahora no puede ser. No porque su idea de juego sea la equivocada o que no pueda combinar con la del Barça, sinó que actualmente el equipo es el que es, los jugadores son los que son y la plantilla es la que hay. 

Setién ha elegido la vía lenta, ante el Leganés optó por una alineación más clásica, sin tanta movilidad. Dejó que los defensas subieran y claro está, acompañado por goles, el equipo fue en progresión, primero a más velocidad y cuando se podía dormir el partido el pase volvía a reinar. El balón fluyó pero también cruzó líneas, fue recibido por los delanteros y se atrevieron a usar las paredes. 

La victoria tranquiliza la llegada de Setién pero sobre todo marca un camino, de que el equipo puede cambiar el estilo y orientarse en el pase y el control, pero que lo tiene que hacer poco a poco y con buena letra. 

Ya vendrán rivales más complicados y que exigirán más, pero de momento disfrutemos de la goleada y sonríamos de lo que puede llegar a venir (aunque no sea un nueve).