Una revolución tan urgente como difícil

Xavi Hernández y Joan Laporta trabajan para confeccionar la plantilla más potente posible para el FC Barcelona

Xavi Hernández y Joan Laporta trabajan para confeccionar la plantilla más potente posible para el FC Barcelona / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Con el exótico amistoso en Sidney, el Barça puso ayer punto y final a la decepcionante temporada 2021-22. Una campaña que acaba sin títulos y con un objetivo de mínimos conseguido: la clasificación para la próxima edición de la Champions. Empiezan las vacaciones para los futbolistas con la gran duda de cuántos volverán en julio. Si se ejecuta la revolución imprescindible que necesita, la mitad de la plantilla tiene que salir este verano. Al menos una docena de jugadores no deberían seguir en el vestuario. La lista de bajas está muy clara: Neto, Dest, Umtiti, Lenglet, Mingueza, Riqui Puig, Adama, Braithwaite, Luuk De Jong, Memphis y Dembélé. A los que hay que añadir los cedidos Trincao y Pjanic.

El problema es que la mayoría (excepto De Jong y Adama, que acaban su cesión, y Dembélé, que queda libre tras su imposible renovación) tienen contrato en vigor. Y el club deberá negociar, uno por uno, sus despidos. No será nada fácil. Básicamente porque pocos de ellos tienen pretendientes y nadie puede pagar lo que cobran. La ‘operación limpieza’ se antoja tan complicada como necesaria. Porque para fichar hay que vender. Sobre todo teniendo en cuenta el problema que tiene el Barça con el ‘fair play’ financiero. De hecho, en estos momentos, ni siquiera puede permitirse la inscripción del renovado Sergi Roberto... El ‘ahogamiento’ al que Tebas está sometiendo al club blaugrana puede poner en grave peligro la resurrección del Barça. 

A partir de hoy, deben agilizarse las conversaciones para hacer posible la renovación de la plantilla. Laporta (junto a Xavi, por supuesto) es el más interesado en hacerlo. Sus últimas declaraciones ponen de manifiesto el monumental enfado que arrastra desde hace semanas el presidente blaugrana: “Acabo la temporada cabreado y decepcionado con la actitud del equipo”. El disgusto del máximo mandatario blaugrana es lógico y compartido con la mayoría de los socios y aficionados blaugranas: el rendimiento de muchos jugadores ha estado muy por debajo de lo esperado, lo que ha hecho que el sueldo que cobran sea todavía más desorbitado.

Laporta tiene muchas ganas, muchísimas, de transformar completamente el vestuario. Y de crear un Barça campeón. Se ha acabado la falta de profesionalidad de futbolistas que no merecen seguir ni un minuto más en el Camp Nou. Se debe exigir máxima implicación y compromiso total con el proyecto que se está intentando construir. Aunque la revolución sea tan urgente como compleja.