Reflexiones sobre la Copa y el futuro

Alba-Messi, una pareja que funciona muy bien en los terrenos de juego

Alba-Messi, una pareja que funciona muy bien en los terrenos de juego / Efe

Javier Rodríguez Marzo

Javier Rodríguez Marzo

Me sumerjo en Twitter y casi me ahogo en aguas barcelonistas. Hay debate entre buenos y malos culés por la Copa del Rey. Abundan los que quieren que todo arda, que gane el Valencia -y bien- para que Bartomeu aborte su anunciada decisión de que Valverde siga otro año más. Ni olvidan ni perdonan el desastre de Anfield y prefieren otra dolorosa derrota para que del aquelarre surja un nuevo conductor que ilusione y respete el estilo... Así ha sido, es y será siempre un barcelonismo cainita pero autocrítico a más no poder. Eso me gusta. Los tiempos han cambiado y ya no se dan aquellas rabiosas pañoladas de mi infancia, con lanzamiento de almohadillas incluido, que acababan con un montón de corazones y carnets rotos o la que, ya en mi plena madurez, Gaspart soportó estoicamente en un palco vacío. Pero la división de opiniones demuestra la preocupación por el futuro y debe positivarse.

Messi, en el eje

Todos estamos ya de acuerdo en que el balance de estos últimos años, y a pesar de haber ganado mucho, muchísimo, no es el que debería ser por  haber tenido al mejor de la historia. Por eso ahora, cuando su final está cada vez más cerca, conviene rodearle mejor. De Jong es una gran apuesta y De Ligt debe serlo también. Hay que esforzarse por traer al carismático central. Igualmente está claro que falta gol. Con Suárez no da para Europa y nos guste o no bajarnos los pantalones con Griezmann, es imprescindible un delantero de garantías.

El problema lateral es otra dolencia grave. Es inadmisible que Jordi Alba no tenga ni suplente en la plantilla y que desde que se fuera Dani Alves ocupe su lugar un lateral que no lo es. Veteranos ilustres deben ir perdiendo peso paulatinamente y así unas cuantas medidas más, todas urgentes (como obligar a Dembélé a que viva con su madre o con una niñera las 24 horas), que son lo que me preocupa mucho más que ganar o no la Copa del Rey. El noveno doblete de la historia no puede ser una venda que tape todo lo que se ve con meridiana claridad en el Camp Nou.