Sí, quiero

01/05/2005 - Messi marca su primer gol con el FC Barcelona

01/05/2005 - Messi marca su primer gol con el FC Barcelona / sport

Carme Barceló

Carme Barceló

Sí, quiero. Quiero y queremos querer al más querido. En las alegrías y en las penas. En la salud y en la enfermedad. Todos los días de su vida deportiva. Con las botas atadas y cuando las cuelgue. Messi se casó con Antonela el 30 de junio y ayer renovó votos con el Barça por octava vez. Su vida personal camina en paralelo a la profesional, hecho digno de análisis más allá de estos 2.000 caracteres y que dibuja a la perfección su personalidad. La novia de toda la vida. La que conoció en su ciudad natal con apenas nueve años. Y hasta hoy. En aquellos días ni uno ni otro podían imaginar que ‘La Pulga’ iba a crecer más allá de los centímetros y se iba a convertir en gigante en talento y genialidad. Juntos recorrieron el camino con la misma distancia que separó a Leo de Antonela, de su familia y de su entorno habitual cuando aterrizó en el Barça con trece años y ese pseudocontrato firmado en una servilleta. Dejarlo todo no fue fácil. Pero Messi y los suyos agradecieron los cuidados que recibió aquel niño que hoy, con 30 años, firma, confirma y reafirma su compromiso con el club y los colores que siente de verdad. Esta última rúbrica ya la puso en el Bernabéu, alzando su camiseta. El resto es puro protocolo.

El mejor jugador del mundo no ha cambiado de novia ni de camiseta. Su fidelidad es incuestionable. Obviamente, los palos que le ha dado la vida en lo personal, en el terreno de juego y el linchamiento mediático al que ha sido sometido por sus problemas con Hacienda han hecho mella. En esta octava renovación ha hilado fino, muy fino. Él ha manejado los tiempos, ha llevado el timón y atracó ayer el barco en puerto azulgrana. Más allá de lo económico, por la mente de Leo han pasado, seguro, cientos de vivencias que le han hecho madurar como jugador y como persona. Solo él sabe cómo vivió las enfermedades de Abidal y Tito, por poner un ejemplo. En las duras y en las maduras. Con crisis y reconciliaciones. Sí, quiero una vez más. Contigo, pan (con tomate) y cebolla.