¡Qué VARbaridad!

No hay mayor ciego que el que no quiere ver. Pero aún es peor el que ve y va de que lo es. O mira hacia otro lado. O decide hacerse el estrábico para deformar la realidad. Lo que está pasando en el Real Madrid me retrotrae a otros tiempos en los que se hablaba alegremente de un tal ‘Villarato’ mientras el Barça sumaba títulos, jugaba un fútbol de babero y Messi despuntaba sobre todas las cosas.

Digamos que la calidad futbolística no es la misma, que las Champions se las llevan otros desde hace unos años pero la solidez, los resultados, fases de partidos que han rozado la excelencia y una dupla como la que forman los vecinos Leo y Luis convierten al equipo azulgrana no solo en el líder que es sino en una referencia en regularidad.

En la capital, en el palco de los hilos y en los altavoces mediáticos han optado, una vez más, por ponerle el filtro a una crisis de dimensiones estratosféricas. Lo que taparon la Champions y Cristiano la temporada pasada ya ha explotado. Benzema sigue sin marcar goles, Bale se marcha antes de que acabe un partido, el Bernabeu se vacía, el Balón de Oro tiende fuera la ropa sucia del vestuario y los Asensio (que iba para esférico dorado hace cuatro días), Isco, Navas y demás no pintan la blanca doble. Pocos señalan a Florentino Pérez, el que ficha, echa y llama a Rubiales para quejarse de los árbitros.

Porque ahora la culpa la tiene el VAR. Tres días con sus tres noches llevo oyendo, viendo y leyendo como algunos llegan incluso a pedir dimisiones y a pedir que eliminen el sistema de videarbitraje por lo sucedido con Vinicius -el nuevo The Best, dicen- este domingo. Que no den una a derechas, que estén a 10 puntos del Barça y fuera de zona Champions y que hayan perdido seis partidos y empatado tres es por culpa de los colegiados y de las máquinas.¡Qué VARbaridad! Bien harían en redireccionar las quejas, señalar a algunas ‘vacas sagradas’ y mirar hacia el palco. No necesitarían el VAR para ver bien la jugada.