Este es uno de los problemas del Barça

Memphis fichó por el Barça procedente del Lyon en 2021

Memphis fichó por el Barça procedente del Lyon en 2021 / EFE/AFP

Albert Masnou

Albert Masnou

Fíjense en el dato. Asusta. Acojona. Y refleja lo que ha sido la presente temporada. El Barça ha marcado esta temporada 86 goles, un registro tan bajo que hacía dos décadas que no aparecía en las libretas de nuestra estadista David Salinas. Los números adquieren su verdadera dimenisión cuando se comparan con las anteriores temporadas Veamos.

Temporada 2011/12: 190 goles (Pep). Temp. 2012/13: 158 goles (Tito). Temp. 2013/14: 148 goles (Tata). Temp 2014/15: 175 goles (Luis Enrique). Temp. 2015/16: 173 goles (Luis Enrique). Temp. 2016/17: 171 goles (Luis Enrique). Temp. 2017/18: 141 goles (Valverde). Temp 2018/19: 138 goles (Valverde). Temp. 2019/20: 110 goles (Valverde/Q. Setién). Temp 2020/21: 122 goles (Koeman). Temp 2021/22: 86 goles (Koeman, Sergi, Xavi). El Barça ha marcado esta temporada 34 goles menos que la anterior y 104 menos que la mejor temporada goleadora de la historia, la última de Pep Guardiola. 

¿Adónde se puede ir con estos números? A ningún sitio. A competir por nada. Los goles es consecuencia del juego y de los individuos que tienes en tu plantilla. Es obvio que el juego ha ido bajando a medida que pasan los años y es evidente que la marcha de dos jugadores con facilidad goleadora (Messi y Griezmann) ha mermado todavía más al equipo en este curso. Los parches de invierno no sirvieron para disimular estas carencias, fruto de la mala planificación el pasado verano y de las circunstancias económicas.

Consciente de estas deficiencias, el club se plantea solucionar este problema con la contratación de un jugador que garantiza unos 40 goles por temporada: Robert Lewandowski. Constrastado, efectivo y resolutivo en el área para solventar un problema que ha penalizado y mucho al equipo. Con Lewandowski no se llega, por ejemplo, a los 175 goles por temporada de la etapa de Luis Enrique cuando compartían ataque Neymar, Messi y Suárez pero se da un paso adelante.

El siguiente paso, evidentemente, debe ser empezar a jugar de una forma más vocacionalmente ofensiva para generar más ocasiones de gol. Por esta razón era tan importante para Xavi la presencia en el equipo de Ousmane Dembélé. Muchas veces criticado dada su anarquía pero era el único jugador con capacidad de desborde y para sorprender al rival y con una facilidad innata para el centro, un aspecto que le hubiera ido de perlas a Lewandowski. Ambos se hubieran complementado a la perfección teniendo en cuenta que las virtudes de uno son los puntos débiles del otro. Uno en el área mata, el otro fuera del área da pavor.