SOBRE EL TERRENO

El problema es que Cardenalha escrito la verdad

Emilio Pérez de Rozas

La ventaja de Miquel Cardenal es que no ha escrito ninguna mentira. Igual eso es lo que les molesta a muchos. No ha defendido al Bar-ça, ha recordado lo mucho que el Barça ha hecho por el deporte español y, mira por dónde, por la 'marca España', cosa que, tal vez, no agrade a muchos barcelonistas pero que debe enorgullecer a todo bien nacido.

Yo no digo que Cardenal y todos sus predecesores deberían de haber tenido gestos así en más ocasiones, con más entidades, deportistas y personalidades del mundo del deporte. No digo que no sea algo inusual, lo es, de lo contrario no se organizaría este revuelo, incluyendo la crítica de la Fiscalía al artículo cuando, simplemente, se trata de un gesto de libertad. No más, ni menos.

Pero si el tuétano de ese artículo es que Cardenal no dice ninguna mentira, entonces, a mi modo de ver, lo que sí es digno de tener en cuenta es que ese artículo lo escriba, lo siento, alguien de Madrid y no alguien de este pequeño país nuestro, Catalunya, que se pasa el día mirándose el ombligo pero no es capaz de encontrar a alguien que construya, negro sobre blanco, un discurso digno de que lo lean incluso aquellos que están juzgando la actuación de un club modélico en muchas cosas y feo en otras.

Si lo que hubiese escrito Cardenal fuese mentira, inventado o exagerado, tendríamos un problema, empezando por el propio responsable de Deportes del Gobierno español. Si lo hubiese escrito, cosa que dudo, circunstancia que me desmienten dos grandes amigos de Cardenal –a quien, por cierto, no tengo el gusto de conocer–, con la intención de tender puentes entre Rajoy y Mas, entonces tendríamos la prueba de que, en efecto, este país no tiene arreglo. Y, si lo tiene, hagamos presidente del Gobierno a Miguel Cardenal.

Me duele, me molesta, que nadie, nadie, piense que Cardenal se sentó ante su ordenador con ganas de escribir y decir lo que pensaba. Simplemente eso, no más. Y su deseo fue dejar claro que el Barça, investigado o no, culpable o inocente, ha sido y es muy grande, mucho, para el deporte español.

Igual Cardenal solo quería darse ese gustazo. Y yo que se lo agradezco, siendo vasco y no catalán.