La posición de Frenkie de Jong

De Jong durante el partido ante el Real Madrid

De Jong durante el partido ante el Real Madrid / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Muy pocas veces he visto la unanimidad que en su momento suscitó el fichaje de De Jong por el Barça. Y menos, tratándose de un futbolista joven y, por lo tanto, de corta trayectoria y experiencia. El centrocampista holandés nos convenció, por no decir enamoró, a todos con su fútbol brillante con el Ajax, con aquel recital en el Bernabéu en el que humillaron al Madrid, con una Champions esplendorosa y, también, con su protagonismo en la selección holandesa. De Jong fue, la temporada pasada, el centro de todo lo bueno que emanaba del más puro estilo cruyffista. Era un jugador nacido para el Barça, como Cruyff cincuenta años antes. Las expectativas eran tales, que con él no cabían dudas. Todos los técnicos, los de aquí, pero sobre todo los de allí, Ten Hag, Koeman, Van Gaal... hablaban maravilla de Frenkie. El fichaje perfecto. 

Los comodines

Todo a favor, pero a partir de aquí había que integrarle en el equipo. ¿Pivote?, ¿doble pivote?, ¿interior derecho?, ¿interior izquierdo?... Mal asunto. Cuando un club, su secretaría técnica, fichan a un crack de futuro han de tener muy claro para que lo quieren. Nunca me han gustado los comodines. Les voy a comentar la teoría de algunos entrenadores: cuando un futbolista puede jugar en varios sitios, quiere decir que es bueno para varias demarcaciones pero no es muy bueno para una sola. Es decir, no es un especialista al que se le pueda sacar el máximo rendimiento. Te dará siempre un 7 o un 8, pero nunca un 10. A Sergi Roberto, por ejemplo, le ha pasado algo así. De Jong no puede ser un comodín, es muy bueno jugando donde jugaba en el Ajax y la pregunta es porqué aquí no puede jugar igual. ¿Por Busquets? Si es por eso, ha llegado demasiado pronto al Barça... o habrá que ir pensando en relevar a Busi o en un doble pivote. Pero lo que no puede ser es que hasta ahora De Jong haya jugado 8 veces de mediocentro, 16 de interior derecho y 12 de interior izquierdo. Así no hacemos más que marearle, así no hay quien se adapte. Lo dicho: cuando se ficha hay que saber para qué se ficha y los entrenadores han de tener personalidad para abordar de frente las situaciones.