Paulinho, una oportunidad

Paulinho Bezerra durante un entrenamiento de Brasil

Paulinho Bezerra durante un entrenamiento de Brasil / AFP

Albert Masnou

Albert Masnou

La más que probable marcha de Paulinho supone un cambio de planes para la secretaría técnica del Barça. Contaba con la salida de varios centrocampistas como la sabida de Iniesta y las más que probables de Gomes o de Denis, pero no con el adiós del brasileño. Tenía a tres jugadores con 30 años (Paulinho, Busquets y Rakitic) y la obligación de incorporar aire fresco en esta demarcación. Así se entiende la llegada de Arthur y de Aleñá como jóvenes para compensar pero ahora tendrá que reorientar sus prioridades con 50 millones en caja.

La marcha de Paulinho será una buena noticia para rebajar la masa salarial y porque sería la tercera venta de la historia del club tras Neymar y Ibra. El Barça había señalado el centro del campo como la demarcación más necesitada aunque las primeras prioridades fueron un defensa (Lenglet) y un delantero (Griezmann). La marcha de Paulinho es una buena oportunidad para el Barcelona, un club que debe pensar en rejuvenecerse ya que la columna vertebral del equipo está avanzada en edad, con unos jugadores que tienen unas fichas elevadas. El Barça está necesitado de jugadores con hambre de títulos. Hay algunos que están de vuelta de todo, como es el caso de Piqué, cuyos últimos meses tanto con el Barça como con España están siendo muy malos. Una sombra de lo que fue, propio de quien no se toma la profesión como lo más importante. Tiene otras preferencias a las futbolísticas, y muchas veces no van en consonancia con las necesidades del propio club. Cada uno es libre de hacer lo que quiera pero a Messi, tras su eliminación en el Mundial, no se le ha visto el pelo. A Piqué le faltó tiempo para plantarse en las gradas de Wimbledon para retomar sus proyectos empresariales.

El Barça necesita a jugadores hambrientos para seguir sumando, para seguir estando a la altura de Messi, y pensar en medidas drásticas como ha pensado Florentino puede no ser un problema. Así pues, la marcha de Paulinho puede ser vista como una oportunidad. Y si el PSG llama a la puerta del Barcelona para preguntar por Suárez es para abrir la puerta y escuchar. El Madrid vendió a Di Maria tras ser el MVP de la final de la Champions. Y lo logró. Y ahora con Cristiano. En un club como el Madrid no hay intocables y en el Barcelona solo Messi está exento de esta categoría. Nadie puede dormirse en los laureles porque ningún jugador llama a la puerta a final de temporada para bajarse el sueldo por rendir por debajo de lo esperado. Jugar fuerte y ser valiente en la toma de decisiones nunca debe ser un problema.