¿Qué está pasando en La Masia del FC Barcelona?

Una imagen de La Masia del FC Barcelona

Una imagen de La Masia del FC Barcelona / FCB

Toni Frieros

Toni Frieros

El día que los políticos, directivos o cualquier persona que aspire a ganar unas elecciones, deposite su programa electoral ante un notario y se comprometa a dimitir si gana y después no cumple con sus promesas, ese día los ciudadanos podremos sentirnos orgullosos de nuestra clase dirigente. Lo grave es que la inmensa mayoría se pasan por el forro sus programas. Y peor aún: jamás pasa nada ni rinden cuentas...

Un símil que podríamos aplicar a Joan Laporta y a su junta directiva. Si analizamos su programa electoral de 2021 y repasamos las declaraciones que hicieron el ahora presidente y algunos de sus directivos, llegaremos a la conclusión de que poco o nada tiene que ver el Barça que nos vendieron con el Barça actual. Y me centraré, para no marearlos, en un solo activo: La Masia. Sí, La Masia iba ser la “base nuclear” del club, se volcarían recursos y medios para convertirla en un centro de excelencia, donde los datos científicos, la metodología y la inteligente artificial contribuirían a devolverle todo su esplendor. 

En dos años y medio, La Masia habrá tenido tres directores: Xavi Martín (destituido por Laporta), Mike Puig (relevado del cargo y trasladado al programa Genuine) y seguramente ahora a Andrei Xepkin, ex jugador de balonmano. No parece, desde luego, lo más adecuado para un uno de los grandes pilares del FC Barcelona, que debería ser un ejemplo de estabilidad y transparencia, porque La Masia es mucho más, son valores, educación y formación. 

En La Masia se han venido tomando decisiones que corresponden con el ‘modus operandi’ que se ha instalado en la entidad y que tienen que ver más con intereses personales que estrictamente de club: entró en el departamento de metodología el hijo de Alexanco (responsable de fútbol formativo), se nombró responsable del área académica a David Aguilar, colaborador de Enric Masip en su campus de balonmano y que tanto revuelo causó porque, al parecer, no se cumplieron los procesos de selección… Y así podríamos seguir con más casos y ejemplos, porque de haberlos, haylos.

A Mike Puig lo han apartado, según personas conocedoras del caso, porque se produjo un serio conflicto a la hora de renovar el servicio de educadores y trabajadores sociales que viene prestando la empresa Eduvic. Una empresa sin ánimo de lucro (percibe alrededor de un millón de euros anuales) que lleva más de 15 años en La Masia. Parece ser que, para que todo quedara igual, intervino la prima de Laporta, Marta Segú, directora de la Fundació del FC Barcelona. 

La puntilla han sido los recortes por cuestiones económicas. Los jugadores del Barça B ya no comen en La Masia y se ha eliminado el servicio de taxis para los chicos del fútbol base que van a la Ciutat Esportiva desde diferentes puntos de Catalunya y que tanto ha indignado a las familias, porque han cambiado las reglas de juego a finales de agosto.

Todo este tipo de actuaciones y decisiones están muy lejos de la excelencia prometida. La Masia, ‘pal de paller’ del FC Barcelona, se merece otra cosa.