El negocio del fútbol va a cambiar; los jugadores del Barça se equivocan

Futbolistas pugnan por el cuero en el clásico

Está previsto un clásico este verano en Las Vegas / Valentí Enrich

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Y a van 16 días de confinamiento, 72.248 contagiados, mas de 5.700 muertos. Una realidad dramática, triste y alarmante como jamás habíamos imaginado vivir. Una pandemia que ha cambiado nuestra escala de valores. Ahora solo hay una cosa importante, la vida. Todo lo demás pasa a segundo plano. Incluido el fútbol, que ha dejado de ser importante.   

Una causa de fuerza mayor está trastornando nuestras vidas. La crisis del coronavirus va a cambiar muchas cosas, entre ellas el negocio del fútbol. Se terminó la época de las vacas gordas, de fichajes irresponsables y contratos de oro. Es el momento de reflexionar en torno al futuro que viene.

1.- El fútbol de elite estaba desmadrado y esta crisis le obligar a reciclarse.

2.- Los contratos de los jugadores cotizarán a la baja.

3.- Los traspasos súper millonarios pasarán a la historia.

4.- Los clubs deberán reformular sus presupuestos previendo menores ingresos.

5.- Los derechos de televisión han tocado techo y todo lo que no sube, baja.

6.- FIFA y UEFA quieren frenar el poder de los clubs para seguir imponiendo su ley. 

7.- La presencia de espectadores en los estadios irá a la baja por culpa de la televisión.

8.- Preocupa el poco interés que millennials y jóvenes muestran por el fútbol.

No queremos ser pesimistas, simplemente nos avanzamos a las tendencias que vienen. La forma de ver y disfrutar el fútbol en el siglo XXI ha cambiado en los últimos años. Muchos jóvenes con el resumen de los goles por internet tienen suficiente, mientras que aficionados de toda la vida prefieren verlo en el sofá de su casa por televisión en vez de ir al campo. Solo hay que mirar las estadísticas del ‘seient lliure’, cada temporada crece significativamente el número de socios que venden su asiento. 

La crisis actual nos va a dejar dos o tres meses sin fútbol. Para el Barça esto significará un punto y aparte. Muchas cosas tendrán que cambiar para corregir errores y adaptarse a los nuevos tiempos. Este parón llega en un mal momento al Camp Nou. Con un endeudamiento superior a los 500 millones, la plantilla más cara del mundo y 1.500 empleados. Tres grandes piedras atadas al cuello de la tesorería. No hay otra solución que tomar medidas drásticas. Un ERTE sin contemplaciones para toda la plantilla del club, que incluirá una rebaja del 70% del salario de los jugadores profesionales mientras dure la crisis.

En una causa de fuerza mayor, los futbolistas del primer equipo deberían ser los primeros en dar ejemplo. Son los que más ganan y deberían entender que es un caso de supervivencia. Se han equivocado no adelantándose a los acontecimientos, anunciando una rebaja de sus contratos antes de que se lo pidiera el presidente. El acuerdo, que llegará más pronto que tarde, es necesario para no dañar la imagen del club con discusiones y enfrentamientos miserables. Humildad, generosidad y solidaridad. Tres palabras que Messi y compañía no deben olvidar en tiempos de crisis donde el bien común debe imponerse al egoísmo. El Barça se lo ha dado todo y ahora les toca a ellos ser agradecidos.