Pocos minutos para Lewandowski y Lamine

Lamine Yamal, ante Jaume Costa

Lamine Yamal, ante Jaume Costa / Javi Ferrándiz

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

El Barça se dejó dos puntos en Mallorca en un encuentro que ha de plantear muchas reflexiones a su entrenador. De entrada, la alineación. También el ritmo y la intensidad en el juego, que no fueron suficientes para frenar a un equipo que con tres pases largos y un delantero centro de los de antaño le creó demasiados problemas.

Todo salió mal desde el principio. Ter Stegen, que nunca falla, esta vez falló. Y resulta que en el peor día de Ter Stegen no estaba Lewandowski, por lo menos en los primeros 58 minutos. Demasiados regalos. La primera parte fue malísima: Raphinha y poco más.

En la segunda mitad, remate al poste de Joao Félix incluido, todo siguió saliendo todo mal... hasta que salieron los buenos, Lewandowski, Yamal y Fermín. Lamine ya provocó un penalti, que el VAR anuló, nada más salir y luego intervino en la jugada del empate a dos que precisamente firmó Fermín López. Los dos chavales dejaron en evidencia a muchos. Piden más minutos a gritos. Sobre todo, el extremo, una auténtica maravilla.

Rotaciones

Creo que hay que hablar de las rotaciones y de la oportunidad de las mismas. Resultado al margen, ayer no era el mejor día para dejar a Lewandowski y Koundé en el banquillo. De entrada, jugar sin los lesionados De Jong y Pedri ya era suficiente hándicap como para prescindir, también, del goleador y de un central claramente titular.

Xavi arriesgó mucho saliendo al campo sin su columna vertebral, sin los organizadores ni el delantero más determinante. Y con la pareja de centrales con menos ritmo de competición ante, precisamente, uno de los arietes más ariete de la Liga, el gigante y peleón Muriqi. Eso es conceder mucha ventaja al rival.

Cuesta de entender lo de Lewandowski, ya que la pasada temporada el entrenador solo le rotó un partido. Fue en Cádiz, en la quinta jornada y tuvo que salir en la segunda parte para apuntalar la victoria y pasar del 0-1 al 0-4. Nunca más rotó, ni en los últimos cuatro partidos en los que el Barça ya era campeón. Por algo sería...