El millonario equipo del pueblo

El Osasuna acumula dos empates consecutivos

El Osasuna acumula dos empates consecutivos / sport

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Puede ser vicio, no lo niego. Es más, mi familia, toda, cree que estoy totalmente loco. No le faltan razones. Me veo todos los partidos de fútbol que puedo (y miles de deportes, basket, tenis…) que puedo. No importa si en la tele, en el móvil, en el Ipad o en mi ordenador.

Y, de pronto, descubro que el Barça es el único equipo del mundo que juega andando, que no corre, que no pelea, que no le pone la pasión ¡pasión! que toca, que debe, que hay que poner cuando pierdes el primer partido y ya no eres líder (y lo que le falta). Ves como corren Juventus y Nápoles y te enamora. Ves como pelean, golean, Arsenal y Tottenham y te quedas boquiabierto pensando en la parsimonia del Barça en El Sadar, en ese “va, a estos les marcaremos cuando queramos”. Ves al Lazio y la Roma persiguiendo el balón y piensas que eso jamás lo has visto en los azulgranas. O muy de vez en cuando.

Bueno y si te paras a ver al que fuera equipo del pueblo, ahora el ‘team’ de los millonarios, de Joao Felix y demás tesoros, como ese muchacho Riquelme, entonces ya piensas que al Barça, con o sin Neymar Júnior (dicen que no viene ¿no?, yupi, qué feliz soy, lo siento, o no), le va a costar mucho, hasta demasiado, volver a ganar con una mano la Liga.

Y es que estamos en un campeonato donde solo el Atlético del ‘Cholo’ Simeone, que celebró el tanto de Thomas en el tiempo añadido como si recuperase la Champions que perdió ante el Real Madrid, ha logrado el pleno al nueve. No es, digo, supongo, consuelo alguno que el equipo de Zidane solo empatase en Villarreal. Mal de muchos, consuelo de tontos, dice el refrán.

Pero no es menos cierto que este es el único campeonato europeo, el único, fijo, donde un recién ascendido le complica la vida al campeón, donde un equipo reconstruido cinco veces, con menos dinero que la mayoría de sus adversarios, le pelea la victoria al Real Madrid y, al final, le arranca un empate a dos. Por decir que los equipos de Champions son, de momento, Atlético, Athletic (ése sí es el equipo del pueblo ¿no?), Sevilla y Levante, está todo dicho.

Cuentan que es el peor arranque del Barça en muchas décadas. No es extraño, los ves jugar en San Mamés y El Sadar y piensas que entre todos han liado una buena, empezando por el presidente persiguiendo a Neymar Júnior, siguiendo por sus máximas estrellas (Messi y Suárez), que se lesionaron nada más volver de Ibiza, y terminando por un racimo de jugadores que, de momento, hasta hoy, supongo, creen que están jugando en el Barça (o lo intentan) e igual está noche se acuestan en otra ciudad. Por no hablar, repito, de la pretemporada en EE.UU., Japón… en todas partes menos entrenándose.

Pero, bueno, el serial está a punto de terminar. El telón se va bajando. Yo, la verdad, aún no me lo creo. Insisto, no me creo que el Barça haya montado todo este show para, al final, no poder fichar a ‘Ney’, entre otras cosas porque el PSG cree que vale 125 millones de euros, el traspaso de Rakitic y la cesión de Dembélé. Están locos.

Todo eso por un jugador que hace tres meses y medio que no juega un partido, que va con las radiografías de su tobillo dañado (más de una vez) en la mano para demostrar que está curado y que lleva dos años sin jugar cinco encuentros seguidos y dos decentes.

Todo el mundo tiene la sensación de que tras el parón de las selecciones empieza lo serio. Puede. Pero el equipo de los nuevos ricos, con un fútbol apasionado (que aún no apasionante), estrellas que se le caen del bolsillo y un público que ya quisieran Madrid y Barça, ya tiene 9 de 9. Veremos cómo lo frenan, sobre todo el Barça que juega andando y, claro, cuando juegas andando, te pintan la cara ¿verdad Gerard?