Otro milagro de Messi... Y de Trincao

Los jugadores del Barça celebran el tanto de Trincao

Los jugadores del Barça celebran el tanto de Trincao / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Cada vez que veo un Betis-Barça me acuerdo del golazo estratosférico, pura obra de arte, que le marcó Messi a Pau López, es un campo que le va a Leo. Por eso, cuando se anunció la alineación, fruncí el ceño. No me gusta el Barça sin Messi y, de hecho, el juego del equipo en la primera parte fue lamentable. Una sola ocasión, de Lenglet, y al vestuario con 1-0 en contra. La segunda mitad fue excelente. Pedri, de entrada; Messi, en el minuto 56. En el 58, Leo empataba y en el 67, se inventaba un pase de otro planeta que acabaría en el segundo gol. Remontada en diez/once minutos. Otro milagro tras los dos pases de Granada en cinco minutos. Aún así, el Betis volvió a empatar en un clásico de esta temporada, falta lateral en contra y cabezazo del central. Por arriba son un coladero a balón parado, ¡hay que arreglarlo, Ronald! Pero este Barça no arroja la toalla y Trincao redondeó el milagro a tres minutos del final. Hablando de milagros, Koeman arriesgó el milagro de poder ganar la Liga (con este Messi todo es posible) por la Copa y la Champions. Le salió bien. Y no es suerte, es confianza en sus jugadores, pero...

LAS ROTACIONES

Pero se jugó con fuego, está claro. Cada día tengo más claro que las rotaciones hay que hacerlas con los deberes hechos. Es decir, es preferible salir a por la victoria con los mejores y, si es el caso, sustituir a aquellos a los que quieras dar descanso con el marcador a favor, que tener que sacarlos igualmente en la segunda parte para remontar con menos minutos y más exigencia mental y física. Parece de sentido común, ¿no? Pues bien, la mayoría de entrenadores, no solo Koeman, optan por la rotación inicial, pero también los resultados suelen quitarles la razón. Más consideraciones sobre las decisiones de Ronald ayer. Quedó claro que Messi, De Jong y Pedri son los futbolistas que considera más determinantes y por ello les protegió. Koeman no engaña a nadie, eso está claro, como tampoco engañó al sustituir a Araujo por De Jong (que solo descansó siete minutos) en lugar del cambio natural por Umtiti o por Serginho Dest y situar a Mingueza en el centro. Será que Umtiti no está para tres partidos seguidos y que Dest no acaba de hacerle el peso. 

La clave: Media hora de Messi es mejor que una hora y media de los demás.