Messi tiene razón, este Barça no da para ganar títulos

El Barça es un líder triste y decepcionante

Messi marca el primer gol del partido ante la Real Sociedad

Messi marca el primer gol del partido ante la Real Sociedad / Javi Ferrandiz

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

El Barça es un líder triste y decepcionante. Ganó de penalti “made in VAR” pero escuchó pitos y volvieron los pañuelos dirigidos al palco. El fútbol brillo por su ausencia, el juego no convence a nadie y solo los goles de Messi mantienen vivo un equipo que con Setién no ha mejorado el rendimiento de Valverde. No podemos engañar a nadie, por este camino el objetivo de conquistar títulos parece difícil. Messi tenía razón.  

La crisis institucional que vive el Barça no es solo un problema de la directiva, es consecuencia también de la crisis de juego del equipo. En los despachos se han cometido errores, pero en el campo los futbolistas no dan la talla. Es una evidencia que están rindiendo por debajo de sus millonarios contratos, no pueden estar orgullosos de su campaña. Cierto que se han producido una serie de atenuantes que justifican en parte   lo que está sucediendo. Desde una mala planificación deportiva a lesiones importantes de jugadores de clave, sin olvidar el cambio de entrenador cuando eran líderes. Pero todo ello no puede servir de excusa a un equipo que ha perdido potencial, personalidad y fuerza.

Messi y compañía han dado tantos títulos, tantas satisfacciones a los socios, tantos éxitos internacionales, que se han convertido en el “pal de paller” del club, en el baluarte donde se ha consolidado el prestigio del Barça en la última década. Pero el problema ahora es que tienen demasiado poder y no dan la talla, los años no perdonan. La Real Sociedad los puso en evidencia. Ya no son los mejores, ya no son intocables. Los nuevos fichajes tampoco están a la altura. Griezmann es un buen jugador pero no tiene categoría de crack, no vale 135 millones. De Jong es una frustración, prometía mucho pero está cayendo en la mediocricidad general. Falta mayor exigencia por parte de Setién, mas entrega y coraje en el campo. 

Las cosas se han torcido de tal modo en Can Barça que las vacas sagradas se han atrevido a criticar públicamente a las alturas. La veda la levantó Messi el día que dijo. “Hoy por hoy no nos alcanza para la Champions.”  Y por lo que se ve en los últimos partidos, tenía razón.  Busquets se atreve a criticar públicamente la planificación deportiva. También tiene razón. Pique dice que el equipa mantiene al club. Otra verdad evidente. El divorcio entre el equipo y el palco parece irreversible. La directiva ha cedido demasiado terreno, los jugadores se creen intocables y el presidente Bartomeu bastante trabajo tiene apagando incendios. Por si fuera poco, Setién se ha acomodado rápido a las exigencias de los veteranos y de las declaraciones el día de su fichaje a la realidad, media un abismo. 

Hay tantas dudas respecto al equipo que hasta Messi parece acusarlo. Sigue siendo el mejor pero su juego ha perdido peligrosidad y alegría. Mal asunto cuando el crack acaba los partidos cabizbajo y pensativo. Ganaron a la Real pero se fueron serios al vestuario. Leo mejor que nadie sabe que no están en el buen camino.