Con Messi y sin Messi

Un Barça coral

Un Barça coral / VALENTÍ ENRICH

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Lo único seguro de la vida que le espera al Barça sin Messi es que en el terreno de juego vamos a ver a un equipo muy distinto. Ya se vio ante la Real Sociedad, juego más de conjunto, algo más vertical y más protagonismo de las bandas. Mayor presión, también. Para lo bueno y para lo malo, sin Messi desaparece la Messidependencia. Sí, claro, desaparecen sus cuarenta y tantos goles, sus veinte y pico asistencias, los goles de falta que de tantos problemas sacaban al equipo, la genialidad, el espectáculo... pero como ya no hay solución, permítanme que incida en el punto débil de la Messidependencia. Me refiero al funcionamiento de la estructura defensiva del equipo, que no solo de la defensa, que conste.

LA LECCIÓN DE LA PASADA TEMPORADA.

Ya no se trata de que todos buscasen a Messi cuando se acercaban a la portería contraria, se trata de que todo el equipo defienda cuando se pierde el balón. No es pecado decir que Messi defendía poco. Y si defendía uno menos y la mayoría de los demás tampoco estaban hechos para correr hacia atrás, el problema era grave, cada año más grave porque cada año todos eran más viejos y ya no estaba los magos Xavi e Iniesta que no perdían la pelota ni a tiros. La temporada pasada se produjo la culminación del desastre. Miren, el Barça marcó 85 goles en la Liga, dieciocho más que el Atlético y el Madrid, que anotaron 67, pero se quedó a nueve puntos de los rojiblancos, campeones, y a cinco de los blancos.

La clave estuvo en los trece goles que encajó más que el Atlético (38 por 25) y los diez más que el Madrid. La sangría fue todavía peor en la Champions, tres goles marcó la Juve y cuatro el PSG en el Camp Nou. Así, ni con once Messis se puede ganar. Bueno, pues ahora esto puede cambiar. Contra la Real, la presión y el repliegue colectivo funcionó ochenta minutos, hasta que las piernas fallaron y los cambios desajustaron el esquema... o eso espero, porque ahí está la clave de los resultados. El Barça tiene tanta calidad arriba, que aún sin Messi seguirá marcando goles por un tubo. Pero atrás hay que amarrar, defendiendo todos, algo, tal vez lo único, en lo que se puede haber salido ganando.