Mauro Silva se puso y me dijo: "A ver si también me llevas a mí"

Rivaldo a su llegada al FC Barcelona

Rivaldo a su llegada al FC Barcelona / sport

Josep M. Minguella

Josep M. Minguella

Rivaldo ha sido sin duda uno de los grandes jugadores brasileños. Su rendimiento fue espectacular. Nunca buscó excusas. Jugaba con molestias o si llegaba el viernes tras haber jugado con su selección, el sábado ya estaba a disposición del entrenador para jugar. Fue el fichaje estrella de Augusto César Lendoiro en aquella época en la que tenía conexión con Brasil y fichó a Bebeto y Mauro Silva.

Rivaldo acabó fichando por el Barça un año después de su llegada a Riazor. Ronaldo se acababa de marchar al Inter y Louis van Gaal había apostado por otro brasileño, Sonny Anderson.

La situación del equipo no era muy sólida y además el Barça tuvo que jugar la fase previa de la Champions ante el Skonto Riga. El equipo letón tuvo al equipo barcelonista contra las cuerdas en el partido de ida que se jugó en el Camp Nou –Stoichkov marcó el 3-2 de penalti en el añadido–. Al acabar ese partido se montó un comité de urgencia, con Josep Lluís Núñez, Joan Gaspart, Nicolau Casaus... La consigna fue “necesitamos un delantero” y salió el nombre de Rivaldo.

Gaspart llama

A las 10 de la mañana del día siguiente me llamó Gaspart para preguntarme por el brasileño. Le expliqué que su cláusula era de 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros) y le comenté que si el Barça los pagaba, el jugador podía salir. Localicé al brasileño mientras estaba concentrado con el Deportivo antes de la final del Teresa Herrera. Me preguntó cuántos años le ofrecían, las cantidades... Y dio su OK.

Rivaldo estaba en la habitación con Mauro Silva, un chico muy simpático, y se puso también al teléfono. Me dijo: “a ver si me puedes llevar también a mi al Barça”.

Mientras Rivaldo jugaba la final del Teresa Herrera, yo pactaba las condiciones del acuerdo en la casa que Gaspart tiene en el Maresme. Núñez se puso al teléfono y dejó claro que estaba muy interesado.

Tras estudiar la operación, el club blaugrana me dio su visto bueno y se preparó todo. Al día siguiente Rivaldo viajó a Barcelona, aunque le dije que cogiera el avión en Santiago por discreción. Llegó a las 8 de la mañana a Barcelona, le fui a buscar y le llevé a la Asepeyo para pasar la revisión médica.

A las 12 del mediodía fuimos a las oficinas del Camp Nou, donde nos esperaban Gaspart, Leopoldo Hinjos y Antón Parera. Estuvimos hasta las 3 acabando de hablar, como ocurre siempre. Esto sí, esto no... Y al final se firmaron los contratos. Luego se depositó el dinero en la LFP.

El enfado de Lendoiro

En aquella época, el plazo para inscribir jugadores se cerraba el 15 de agosto y el Barça avisó a la Liga para que esperase hasta el último momento. Eso desató las especulaciones sobre quién iba a ser el elegido. Salieron nombres como Julen Guerrero, Kiko...

Pocos cayeron en Rivaldo, aunque al final del día que empezamos a negociar con el Barcelona, la noticia empezó a circular y por eso durante la final del Teresa Herrera que se jugaba en Riazor Rivaldo tuvo que escuchar algunos pitos.

Cuando se cerró la operación y el Barcelona depositó los 4.000 millones de la cláusula de rescisión, Lendoiro me llamó y estaba ‘empipat com una mona’. Yo le dije: “¿Cuándo has visto tú un cheque de 4.000 millones?”.

Se enfadó mucho por aquello, pero después hicimos las paces y seguimos hablando de forma regular. Al final de aquel primer día de Rivaldo en Barcelona, nos fuimos a cenar al restaurante ‘Oliver y Hardy’.

Le pregunté a Pep Guardiola si nos podía acompañar como capitán, vino encantado y estuvimos charlando un buen rato. El lunes o el martes Rivaldo ya estaba jugando el Joan Gamper.