Una maldición muy evitable
Dicen que un penalti es medio gol y por esto la grada casi lo celebra como tal cuando se pita a favor del equipo local. Mejor dicho, lo celebraba cuando había público en los estadios. El peso psicológico siempre recae en el lanzador y ese peso se ha hecho insoportable para el Barça, que pudo caer en la Copa tras fallar dos penaltis en los primeros 90 minutos ante el Cornellà. Pjanic y Dembelé ostentan el dudoso récord de no meter dos penas máximas en un mismo partido, pero no son los únicos. En Can Barça, menos Riqui Puig que se vino arriba en la Supercopa, hay un problema grave que afecta incluso a Messi.
Koeman, que no se anda con rodeos se quedó a gusto “no se pueden fallar dos penaltis siendo jugador del Barcelona, no es serio, no puede ser en un equipo como el Barça” pero tampoco soluciona este incordio. Como bien dijo Salvador García en Barça TV tras el fallo de Demebelé “los equipos profesionales deben ser serios y tener unos lanzadores establecidos”. En Catalunya Ràdio, Bernat Soler enfureció “¡el Barça tiene un problema gravísimo con los penaltis, qué escándalo!”, mientras que gracias a “Jugones” descubrimos como el portero Ramón Juan le gritó “al medio” al delantero azulgrana. Al final, la broma solo le costó 30 minutos más de prórroga al Barça, pero la próxima vez puede ser peor. Y eso que tras la eliminación del Madrid estaban más que avisados.
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