Los entrenadores están de moda

El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, elogia el juego del Fulham

El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, elogia el juego del Fulham / AFP

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

No sé, pero yo diría que se han puesto de moda los entrenadores. Está bien. Es como ocurre con los porteros, también se han puesto de moda, pero ¡ojito! que no vayan a ganar un Balón de Oro, cosa que no ocurrirá, desde luego, como tampoco pasa con los técnicos, a no ser que se trate de Pep Guardiola, que, a sus muchas virtudes y títulos, añade un saber estar y moverse como pocos. Y no lo digo, no, o no lo digo solo por esa serie tan, tan, teatral (no digo que no sea cierta) del City o esa estupenda y clarificadora charla con Jorge Valdano, o sus lazos amarillos, que también, lo digo porque desde el primer momento se trata de algo más que un entrenador.

No, me refiero solo a esa posibilidad, al hecho de que un técnico se convierta en casi, casi, la persona que da nombre a las gestas de un equipo. Hasta que apareció Pep Guardiola, siempre se habló del 

Barça de Leo Messi. Surgido el ‘noi de Santpedor’, el asunto empezó a cambiar y, desde luego, en el Manchester United es el equipo de Guardiola. Insisto, no lo digo por esa referencia permanente, ganada a pulso por el ‘míster’ catalán, sino por su atrevimiento, por su juego, por sus golpes de mago y, sobre todo, por la ocurrencia de jugar siempre al ataque, fuera, en casa, con estrellas o sin ellas.

Lo digo porque pese a ser el lado menos fuerte del fútbol, pese a ser el eslabón más débil, pese a ser los primeros que se van a la calle, los únicos que no tienen (ni buscan) excusas, parece, insisto, que se han puesto de moda. El primero en recuperar esa imagen, ya ven, ha sido Luis Enrique, capaz de abandonar su bicicleta y sus paseos por las playas de Gijón, para colocarse al frente de una selección española que estaba destrozada, hundida y, sobre todo, derrotada.

Con solo dos partidos y, eso sí, dos inmensos triunfos frente a dos selecciones que muy bien pudieran aspirar al título mundial dentro de cuatro años (de hecho estuvieron peleando por él hace un par de meses), ‘Lucho’ le ha devuelto, como poco, ¡y eso es muchísimo, en un país tan derrotista como este!, la ilusión, las ganas, la alegría y los sueños a los jugadores y a la hinchada.

Ahí está Julen Lopetegui, traicionando a España sin pestañear y haciéndose cargo de un Real Madrid sin Cristiano Ronaldo, sin querer un nuevo galáctico e, incluso, planteándose si Courtois es o no imprescindible. Cierto, aún no ha afrontado equipo duro, rival con galones, pero su fútbol ha levantado el ánimo de una afición que, pese al triplete de Champions, creía que no saldría de esta y notaría demasiado los 50 goles de CR7, que aún no ha marcado en Italia pero que ha hecho subir la bolsa, la bolsa de la Juve.

Por no hablar, vaya, del ‘Cholo’ Simeone al que su cancioncilla de ‘partido a partido’ empieza ya a sonar, no vieja, pero sí demasiado manida. Teniendo el equipazo que tiene, teniendo la plantilla que tiene, habiendo retenido, a golpe de decenas de millones de euros, a Griezmann y siendo él, el técnico mejor pagado de LaLiga, ya no cuela eso de “estamos ahí porque Barça y Real Madrid se descuidan”. No, ya no cuela.

Y, dirigiendo al que todavía ¿verdad? es el mejor futbolista del mundo, sigue Ernesto Valverde, que cada vez se toma más a la fresca la conferencia de prensa, dominando ya el escenario como si llevase diez años en el Barça. Ayer hasta pretendía alinear al muchacho de prensa de lateral izquierdo. “¿Eres zurdo?, no, vale, pues pondremos a otro”. Cierto que el ‘Txingurri’ sabe que este año le van a medir por la Champions, pero él ya firmaría el mismo doblete del año pasado y que ‘Lucho’ siguiese enamorado del Real Madrid a la hora de confeccionar la convocatoria de la selección. Valverde y todos los culés, pues no sé si eso de ser la base y los cimientos de ‘La Roja’ suena ya guapo en Catalunya.

Me gusta el atrevimiento de ‘Rubi’, perdón, Joan Francesc Ferrer, me encanta que haya llegado alguien valiente al banquillo blanquiazul. Me encantaría que a un maestro tan educado y señor como Pablo Machín le fuese de cine en Sevilla. Me divierte, aunque últimamente le está echando demasiada cara (lo del derbi fue penalti de Pau López, y punto), que Quique Setién sea, ahora, el ‘mister’ más llamativo. Me chifla que alguien tan modesto como Paco López esté haciendo tantos y tan repetidos milagros con el Levante. Y, también, sí, me encantaría conocer a ese ‘armario’ llamado Antonio Mohamed, apodado ‘el turco’, capaz de sobrevivir a la muerte de un hijo de 9 años y colocar al Celta en lo alto de la clasificación.