Leo y Suárez siguen haciendo milagros

Luis Suárez, doblete contra el Inter y victoria (2-1)

Luis Suárez, doblete contra el Inter y victoria (2-1) / VALENTÍ ENRICH

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

A estas horas, el entrenador del Inter, Antonio Conte, los jugadores y su legión de aficionados aún deben estar preguntándose qué hicieron mal para perder en el Camp Nou. Y la verdad es que tienen razón, el Inter lo hizo casi todo bien, planteó muy bien tácticamente el partido, mejor que el Barça, para ser sinceros, pero para desgracia suya y de todos los equipos del mundo, Messi y Suárez juegan en el Barcelona y cuando se juntan ambos talentos, cualquier remontada o victoria es posible... incluso en un partido espeso como el de ayer.

La cuestión es que el Barcelona sacó adelante un triunfo vital para su trayectoria en esta Champions y lo hizo desde el sufrimiento, la entrega y el valor de sus individualidades. Ter Stegen mantuvo vivo al equipo en la primera parte y Suárez, con dos goles, y Messi, con un jugadón de los suyos en la jugada del tanto decisivo, marcaron luego las diferencias. Entre tanto, también fue importante la decisión de Valverde de sacar a Arturo Vidal para dar fuerza, entrega y presión al centro del campo, por mucho que estas cosas no acaben de gustar en parte del entorno. Pero era tan claro que había que hacerlo, que haber dejado al chileno en el banquillo hubiera sido un pecado. 

UN BARÇA PENALIZADO

En cualquier caso, la victoria no debe enmascarar la otra realidad. El Barça sigue al ralentí, muy penalizado por las lesiones y la corta preparación de jugadores determinantes. Messi está lejos del cien por cien; Dembélé, lejísimos; Alba no está y, para colmo, ayer también cayó Junior.

Sin extremos, Griezmann no lo es y aún no ha encontrado su sitio, ni laterales profundos, era casi imposible romper la defensa italiana. Y luego, el centro del campo, técnico pero blando, con lo que el Inter superaba la segunda línea con enorme facilidad. Conte tenía muy estudiado al Barça y le ganó la partida a Valverde hasta que éste rectificó: Arturo Vidal y Dembélé. Y la cosa cambió, aunque el milagro lo hicieron los de siempre: Messi y Suárez. El mejor jugador del mundo y el mejor rematador, ni más ni menos.