Laporta sufrirá dos meses más

La llegada de Xavi supone la mejor inyección de ilusión que podía recibir el barcelonismo en estos momentos. Nunca antes hubo tanto consenso con el fichaje de un entrenador y nunca antes un técnico creó tantas expectativas positivas al llegar al banquillo azulgrana. Ni Guardiola ni Luis Enrique habían tenido el apoyo unánime de todos los culés y su entorno el día que ficharon por el Barça. A Laporta le costó tomar la decisión, pero a corto plazo también es uno de los grandes beneficiados del regreso de Xavi. El foco ha vuelto al terreno de juego y el presidente podrá trabajar sin la necesidad de estar constantemente en el primer plano mediático dando explicaciones.

A Laporta le queda un tema importante por resolver. Me refiero al aval. El famoso aval que depositó a la semana de tomar posesión y que finaliza este mes de noviembre. El Consejo Superior de Deportes está jugando a favor del Barça, pero hay unos plazos imposibles de acelerar. Todo apunta a que los clubs que no son Sociedad Anónima podrán decidir a partir de ahora la cantidad a avalar y ya no será obligatorio el 15% del presupuesto que actualmente requiere la LFP y que había quedado desorbitado con el incremento de los presupuestos de los clubs, especialmente, del Barça y el Madrid.

Se da por hecho que cambiará la Ley del Deporte en unos meses, pero antes el Gobierno podría firmar un decreto Ley que apruebe esta medida que dejará libertad a los clubs para decidir el tanto por ciento del dinero a avalar. Sin embargo, ese decreto, por mucho que se aceleré, tardaría dos meses en entrar en vigor. Así que habrá que durante ese periodo habrá que prolongar los actuales avales con el coste que eso supone. A priori, Laporta puede dormir tranquilo porque Jaume Roures ya le ha asegurado que no le dejará tirado y prolongará durante ese espacio de tiempo sus propios avales.

Por su parte, José Elías también seguirá asumiendo esos 19,5 millones que avaló de su bolsillo. A todo eso, los directivos seguirán, quizá con algunas modificaciones, asumiendo el resto del coste del dinero avalado. De cualquier manera, en política no hay nada escrito, así que existe el riesgo de que se retrase ese decreto ley o, quien sabe, que no prospere. Por tanto, serán dos meses de sufrimiento para Laporta y los suyos. Primero porque seguirán pagando el alto coste que supone tener un aval bancario de 124 millones de euros, pero también porque estarán a merced de los políticos. Y eso, en los tiempos que corren, no es garantía de nada. Eso sí, si se aprueba la medida y a Xavi le va bien, Laporta volverá a ser el de siempre