Laporta, el genuino; Laporta, edulcorado

Joan Laporta se vio con Al-Khelaïfi semanas atrás

Joan Laporta se vio con Al-Khelaïfi semanas atrás / EFE

Tomàs Andreu

Tomàs Andreu

Llega el momento de las grandes decisiones. Ya sea por el desenlace final de la temporada o por la elaboración de las famosas auditorías que deben reflejar el estado real y actual de las cuentas del club, Laporta y los suyos han gozado de un generoso margen de tiempo para permanecer en un discreto segundo plano, se supone que diseñando y trazando las directrices a seguir en el futuro inmediato. Pues bien, la Champions ya es historia, la Liga está a punto de serlo y, desde el club, se asegura que las cuentas están cerradas. Es decir, ya no hay excusas para permanecer en silencio y demorar algunas de las grandes decisiones. Y justo en este momento me asalta la gran duda: ¿veremos en acción al Laporta valiente y visceral de la primera etapa presidencial o es el turno del Laporta mesurado y mucho más cauteloso actual?

ÓPTICAS DISTINTAS

No me cabe duda que el Laporta de antaño ya tendría atado a un joven entrenador, más o menos reputado, capaz de liderar toda una revolución en el seno del vestuario del Camp Nou. Los que aseguran que ahora el Barça tiene un presidente más ‘maduro’ seguro que son los que piden contar hasta diez antes de rescindir el contrato de Ronald y escrutar el mercado. Laporta y sus asesores deben decidir. Situación complicada por la evolución de la plantilla y el escaso margen de maniobra económico. De momento, a día de hoy, lo único cierto es que Koeman asegura tener la confianza del presidente, éste pide un poco más de tiempo -en clave de madurez- y no deja de jurar en hebreo en el palco cada vez que el equipo no da la talla recordando épocas pretéritas. Dos versiones distintas ante un reto mayúsculo.