Laporta, en forma, muestra musculatura

Joan Laporta, en su discurso ante la Asamblea de Compromisarios 2023

Joan Laporta, en su discurso ante la Asamblea de Compromisarios 2023 / FCB

Lluís Carrasco

Lluís Carrasco

Tanta expectativa, tantos titulares y tanta portada y, al final, la ‘Assemblea General de Socis’ pasó sin ningún tipo de sobresalto, sin grandes aspavientos, sin noticias destacables, sin sorpresas…

Laporta, y permítanme que me centre en él porque en parte a él se le examinaba, partió y repartió, y no solo eso: barrió a su antojo. Expuso, argumentó y hasta riñó a algún interviniente sin perder el semblante. Laporta superó sobradamente la sesión y curiosamente optó por hacerlo en la distancia donde su figura se diluye.

Conocido es que en el cuerpo a cuerpo y en el directo es donde más destaca la personalidad del abogado barcelonés, y sabiéndolo y siendo del todo consciente, en el afán de intentar no quemar recursos económicos evitables, optó por mantenerse casi tercamente en el formato inicial, el digital, un formato que se venía reclamando de hace ya muchos años por parte de diferentes y diversos opositores desde tiempos pretéritos y que ahora resulta que tampoco convence.

No, no voy a extenderme en el resultado global del evento porque ya lo he comentado y nada especial veo en el encuentro. No voy a marearles con nimiedades porque el periodismo es la búsqueda y plasmación de la noticia, y ayer la noticia es que no hubo noticia: el socio fue claro, diáfano, generoso y confiado tanto en sus formas como en su fondo con porcentajes de apoyo incontestables a los postulados de la actual junta directiva y sus propuestas, y más allá de cuatro fogonazos presidenciales dedicados a Madrid, en las que nuestro presidente ya no puede evitar contener sus muestras de emoción incluso físicas, el encuentro estatutario de ayer solo arrojó momentos esporádicos, divertidos, curiosos, ricos si lo desean, emocionales y en todo caso circunstanciales.

No nos engañemos, en un marco del todo singular donde el jefe de la oposición, Víctor Font, se viene mostrando firme y crítico pero prudente y educado, y como en la trastienda, muchos esperábamos el cuerpo a cuerpo que buscaría un hiperactivo Jaume Llopis que no cesa, hiperactivo, sus mensajes continuos a los medios, y lo cierto es que no hubo casi ni debate: el Sr. Llopis, una buena persona y gran culé, mostró su soledad y lo vimos definitivamente engullido por su propio personaje.

El Barça sigue. Laporta sigue. Y es que nos guste más o nos guste menos, ayer más que nunca el Barça fue su presidente.